Agente admite que no halló mensajes entre Tony y el Rojo
El expolicía Giovani Rodríguez, otro testigo de la Fiscalía, declaró: “Le pagué a un juez” para salir de prisión y asegura que trabajó para Tony Hernández, aunque no lo conoce personalmente
Nueva York. Juan Antonio (Tony) Hernández, crucificado en días pasados por las acusaciones de tráfico de cocaína a gran escala según los narcotestigos Chande y El Rojo, tomó un respiro ayer en la Corte de Nueva York porque su abogado puso en aprietos a Sandalio González, un agente especial de la DEA que ayer llegó a declarar en su contra.
En los primeros días del juicio, el juez, el jurado y el público escucharon testimonios demoledores de los capos Alexánder Ardón, alias Chande, y Víctor Hugo Díaz Morales, alias el Rojo, quienes aseguraron que Tony, además de recibir dinero de narcos para las campañas políticas de su hermano, el presidente Juan Orlando Hernández, traficó miles de toneladas de cocaína.
Pero ayer, durante el interrogatorio, Omar Malone, abogado defensor de Tony, logró que el agente González le diera las respuestas que él esperaba a las preguntas que formuló para crear una duda razonable en el juez y en el jurado “¿Algún agente de la DEA ha incautado algún kilo de cocaína con el sello TH?”, preguntó Malone. “No sé”, respondió González. “Eran las huellas digitales de Tony en cualquier kilo de cocaína? ¿En un kilogramo de algo? ¿En cualquier cosa?”, preguntó el abogado. “No señor”, contestó. González reconoció ayer en la
corte que él no revisó el registro de llamadas de los teléfonos de Tony para establecer si mantenía comunicación con narcotraficantes. Aceptó que
tampoco encontró mensajes de texto que vincularan al acusado con capos.
“En el teléfono que atendiste cuando arrestaste a mi cliente, ¿encontraste algún mensaje de texto o Whatsaps con El Rojo?”, preguntó Malone. “No”, respondió el agente (...).
La defensa también cuestionó al agente sobre la investigación de los metadatos de las fotos que la Fiscalía ha presentado como prueba, entre ellas, la del kilo de supuesta cocaína rotulada con las letras TH enviada entre narcotraficantes.
En la jornada de ayer, según un tweet de Emily Palmer, periodista The New York Times que cubre el juicio, “Tony Hernández parecía disfrutarlo, volviéndose y sonriéndole a su abogado” cuando le cuestionaba al agente de la DEA sobre la no verificación de “los registros de llamadas de su cliente”. La defensa solicitó ante el juez que la Fiscalía presente de forma completa el video realizado por agentes de la DEA a Tony el día que lo capturaron (el 23 de noviembre de 2018 en Miami), pues, según Malone, ese material demuestra que lo interrogaron sin darle la oportunidad de contar con un abogado.
En el video, mostrado parcialmente el martes por la Fiscalía, Tony acepta haber recibido dos pistolas de regalo de El Rojo. Relata que Carlos Mauricio Toledo era su mejor amigo y que sabía que éste trabajaba con El Rojo, también con Héctor Emilio Fernández Rosa, alias Don H, a quien conoció a través del diputado nacionalista Juan Carlos Valenzuela.
El juicio se reanudó ayer con una baja en el jurado. Una de las 16 personas tuvo que dejar el equipo a raíz de irregularidades observadas dentro y fuera de la sala. Sin embargo, ocupó su lugar uno de los 6 suplentes. En la sesión del día anterior, el juez advirtió que alguien había tomado una foto de una de las
personas del jurado a la salida de los tribunales y dijo que investigarían lo sucedido. Periodistas que cubren el juicio han manifestado que el martes, después del almuerzo, entraron a la sala cuatro hombres, probablemente de nacionalidad mexicana, y causaron intimidación por su apariencia. Cuando quedaba poco tiempo para finalizar la jornada de ayer, la Fiscalía federal sentó como testigo a un expolicía corrupto, quien aseguró haber trabajado para el acusado, a quien proveía información y protegía cargamentos de cocaína.
Sin embargo, Giovani Rodríguez, quien ingresó a la Policía Nacional de Hondura en 1991, declaró tanto a la fiscalía como a la defensa que nunca conoció a Hernández en persona. Explicó que trabajó para Hernández entre el 2011 y el 2012 y que su contacto era el también policía Mauricio Hernández Pineda, primo del acusado. Rodríguez, que hace tres años está en la Metropolitan Correctional Center en Manhattan tras entregarse a las autoridades de Estados Unidos en 2016, indicó que trabajó para varios narcos, entre ellos, Tony y El Rojo. “Mauricio me dijo que trabajaba para El Rojo y que eran protegidos por Tony”, expresó Rodríguez, quien conoció a Mauricio cuando estaban en la academia de la Policía Nacional. Ambos comenzaron a trabajar como agentes en 1991.
Relató que en 2009 lo capturaron en Honduras tras haber robado 143 kilos de coca. Un juez lo condenó, pero le anularon la sentencia después de unos 20 meses en prisión.
“Le pagué a un juez” para salir de prisión, dijo. Tras lo cual volvió “inmediatamente” a trabajar para el narcotráfico.