Ser madre no es un juego
“el asunto de la sexualidad se considera un tabú en algunos hogares, por ello no se trata con las niñas”
La falta de educación de los pueblos es la causa de muchos de los males que abaten a la sociedad hondureña, entre ellos el alto índice de embarazos en niñas. La tasa de gestaciones infantiles en Honduras, considerado el segundo país más pobre de América Latina, después de Haití, es del 34%, según datos divulgados por Plan Internacional Honduras.
La desigualdad y la pobreza son factores que influyen para que muchas niñas hondureñas sustituyan las muñecas por un bebé de carne y huesos. A estos factores se suma su falta de escolaridad y la poca instrucción que ellas reciben en sus hogares por la precaria cultura de sus padres. No existe una comunicación franca entre los progenitores y las niñas que abarque temas como las consecuencias funestas de los embarazos prematuros. El asunto de la sexualidad es considerado un tabú por la misma falta de educación.
Entre los más pobres, el fenómeno se presenta, generalmente, por una cadena que comienza con la falta de escolaridad en los padres. Muchos de estos no ven la necesidad de que sus hijos vayan a la escuela y permiten más bien que desde muy temprana edad salgan a las calles “a rebuscarse”. Es así que vemos bajo de los semáforos de las grandes ciudades a niñas hasta de ocho
años limpiando los parabrisas de los carros o haciendo malabares para ganarse unos pocos lempiras. Estas pequeñas terminan prostituyéndose y al final saliendo embarazadas a saber de quién. ¿Qué futuro le espera a la criatura por nacer?
El embarazo adolescente, según el informe Situación 2018 sobre los Derechos de la
Niñez y Adolescencia, es un “obstáculo para que las madres puedan salir de la pobreza, pues se ven obligadas a buscar formas de sobrevivencia para ellas y sus hijos”. El embarazo en la adolescencia se considera de alto riesgo y conlleva más complicaciones. La adolescente no está preparada ni física ni mentalmente para tener un bebé y asumir la responsabilidad de la maternidad. Algunas, incluso, tienen que interrumpir sus estudios a causa de un inesperado embarazo. Comunicar la preñez en la familia muchas veces es motivo de conflicto e incluso rechazo por parte de su propio entorno.
El problema afecta a la sociedad en general porque indirectamente genera más pobreza; por lo tanto, el Estado está obligado a mejorar la educación del pueblo. Es menester que los padres también tomen en cuenta que la mejor prevención es que los jóvenes tengan una buena educación sexual desde el mismo seno de la familia.