Paralizados
Alos doce miembros del jurado les tomó dos días dar el veredicto de culpable y condenar, por unanimidad, a Juan Antonio Tony Hernández, el hermano menor del presidente Juan Orlando Hernández, una decisión con graves implicaciones para el Gobierno y el país. En un juicio histórico que ha paralizado al país, que ha consumido innumerables horas de audiencia en todas las plataformas de contenidos desde que comenzó el pasado 2 de octubre, el exdiputado de 41 años fue declarado culpable de todo lo que le acusaron: narcotráfico, conspirar, porte y uso de armas y mentir a las autoridades.
Por muy duro que sea, para él la espera terminó. Solo le queda oír del juez la condena el 17 de enero próximo, pena que efectivamente puede llegar a cadena perpetua.
Pero para el país pareciera que el juicio apenas comienza. Tras el arresto de Tony Hernández en noviembre de 2018, Honduras ha sido sometido a duros informes, uno tras otro, publicados por la Fiscalía de Estados Unidos y basados en declaraciones de narcotraficantes que aseguran haber financiado campañas al Congreso y a la Presidencia de Honduras, comprado a policías y sobornado a jueces, asesinado en la más vil impunidad, lo que llevó a la justicia estadounidense a definir a Honduras como narcoestado.
El Presidente y la Cancillería han rechazado esos señalamientos por “injustos y falsos” y la oposición ha llamado a movilizaciones y reclaman que Hernández salga de Casa Presidencial.
Y mientras los hondureños vemos con angustia, tristeza e indignación como somos vistos por el mundo y estamos expectantes sobre el futuro de una sociedad que no puede seguir postrada, los políticos nos siguen decepcionando con decisiones como la última de los diputados que se autor-recetaron “inmunidad parlamentaria”.
¿Hasta cuándo van a entender que de esos políticos estamos hastiados?, que los hondureños esperamos transparencia, que la Unidad de Política Limpia audite cada lempira que se invierta en campañas y, sobre todo, que los legisladores aporten ideas para que el país salga del estancamiento económico.
Los problemas que enfrenta Honduras siguen siendo graves: desempleo, falta de atención de calidad en hospitales, mejorar la educación y la inminente recesión económica. Es increíble que sigamos estancados en competitividad. ¿Y quién está pensando es esto? Nadie, porque lo único que crece en este país es el odio que divide y discrimina, odio irónicamente impulsado por los mismos políticos que nos tienen donde estamos.