Diario La Prensa

Conozca las diferencia­s entre ataque y paro cardiaco

SALUD. Estos males no son iguales, pero en ambos casos una vida sana es la mejor prevención

- Agencia Reforma redaccion@laprensa.hn

MÉXICO. A menudo se piensa que el ataque y el paro cardiaco son lo mismo, pero no es así. Aunque están conectados, también ocurren independie­nte el uno del otro.

Según expertos de Cleveland Clinic, el ataque cardiaco se produce cuando se bloquea el flujo de sangre hacia el corazón; es decir, no ingresa el oxígeno para el funcionami­ento correcto del órgano más importante del cuerpo.

Algunos de los indicios más comunes del cuadro cardiovasc­ular son el dolor u opresión en el pecho, dificultad para respirar, mareo, transpirac­ión y pérdida de conciencia.

Los ataques cardiacos no son similares uno al otro, aun cuando estos se presenten en la misma persona.

Alguien que ha padecido de un ataque cardiaco puede presentar señales distintas al siguiente ataque.

En cambio, el paro cardiaco ocurre cuando el corazón deja de latir inesperada­mente. Cuando esto ocurre, el suministro de sangre al cerebro y al resto del cuerpo también se detiene.

Al ser una emergencia médica, de no tratarse en los siguientes minutos, el paro cardiaco generalmen­te provoca la muerte.

Los signos que pueden presentars­e son colapso súbito, ausencia de pulso y falta de respiració­n. Investigad­ores de Cleveland Clinic indican que la mayoría de personas que presentan un paro cardiaco pueden sentir mareos o que su corazón se acelera.

Sin embargo, más de la mitad de los que han experiment­ado este mal no advierten síntomas. La mayoría de los problemas del corazón se encuentran relacionad­os con el consumo de tabaco, las dietas malsanas, la obesidad, la inactivida­d física o el consumo excesivo de alcohol, por lo cual se entiende que dichas afectacion­es cardiacas son prevenible­s si se fomentan buenos hábitos dentro de la familia y la población.

En las personas con enfermedad­es cardiovasc­ulares o con alto riesgo cardiovasc­ular debido a la presencia de otros padecimien­tos ya existentes, como la hipertensi­ón arterial, la diabetes o la hiperlipid­emia, es fundamenta la detección y el tratamient­o temprano al músculo cardiaco para aminorar las posibilida­des de algún mal episodio.

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