De fiesta
Hay fiesta en casa en conmemoración, recuerdo agradecido, del primer día en 1964 en que LA PRENSA emprendió el camino con el pueblo hondureño y, desde entonces, en las buenas, regulares y malas, sigue con él, ahora ya respaldada con la tecnología que proporciona una cercanía permanente y mayor capacidad de reflexión para que, con el respeto a los hechos, que son sagrados, proyectar una visión completa y ayudar a su comprensión en el contexto histórico de nuestro país.
En más de medio siglo acompañando a los hondureños en cada amanecer, desde el sistema offset yla autoedición, el diario ha asumido con responsabilidad la adaptación eficiente a las modernas formas de comunicación sin fronteras, sin limitaciones y sin distancias. Todo en conjugación, ayer y hoy, del espíritu con visión de los fundadores, el respaldo de los colaboradores y la adquisición y uso del más moderno equipo para redacción, edición y producción. Como señalaba recientemente una joven y experimentada periodista, las informaciones de LA PRENSA están dotadas de un valor agregado, gracias al profesionalismo de sus comunicadores, que marca la significativa diferencia en el hogar y en el quiosco al recibir u ofrecer el ejemplar de cada día, ya que la carrera por la primicia, la información carente de reflexión por aumentar seguidores o el uso de lenguaje provocativo degrada la comunicación y se entrega de lleno a las exigencias de un mercado cada vez menos pensante.
Más allá de la historia contenida en las páginas o en los espacios digitales, el decano del diarismo nacional ha aceptado, con la responsabilidad y ética, el desafío y se ha introducido de lleno en el mundo de la tecnología sin caer en un periodismo a la carrera, en un medio de información en el que el sensacionalismo se respalda en como ardid político, comercial o de broma. El respeto hacia las personas, la seriedad en el tratamiento de la información y la hidalguía para reconocer méritos se han consolidado con el cotidiano esfuerzo en la práctica de los valores éticos y morales.
Las épocas difíciles, también ahora, nos comprometen al tratamiento íntegro y objetivo de la información, así como a la presentación de una opinión moderada pero inflexible con las lacras de la corrupción, impunidad y narcotráfico a fin de otear y alcanzar horizontes de convivencia, paz, justicia, por los que, durante más de medio siglo, ha levantado bandera y lo seguirá haciendo el decano del diarismo nacional.