Un año más de TPS
La contribución de los hondureños amparados en el tps ha sido fundamental en el sostenimiento de la economía hondureña
Más de 44,000 hondureños respiraron aliviados el viernes cuando el Gobierno de Estados Unidos, a través del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (Uscis), anunció su decisión de prorrogar automáticamente los permisos de trabajo y estadía del Estatus de Protección Temporal (TPS) a partir del 5 de enero de 2020 al 4 de enero de 2021.
La disposición fue acogida con alegría por miles de compatriotas en Honduras y EEUU que tenían el corazón en un hilo, puesto que en los primeros días de 2020 se cumplía el plazo fatal impuesto por el Gobierno del presidente Donald Trump para abandonar ese país, en el cual han dejado años de tesonero trabajo y de ejemplar responsabilidad ciudadana con respeto a la ley y el pago de sus impuestos. Esta prórroga es otorgada en cumplimiento a las demandas judiciales presentadas en tribunales federales: dos en el Distrito Norte de California y una en el Distrito Este de Nueva York.
Desde que el TPS entró en vigor en 1999, tras el paso del huracán Mitch, ha permitido a nuestros connacionales residir y trabajar, sin la amenaza y el temor de ser detenidos y deportados a nuestro país, en donde las condiciones de vida se han deteriorado en los últimos años a causa de la corrupción, la inseguridad y la inestabilidad social y política. Conozco muchos casos excepcionales de hondureños que en esos 21 años de vigencia del TPS, lograron fundar negocios y empresas, adquirir bienes, educar a sus descendientes en universidades y ayudar con sus remesas a sus familiares en Honduras, algo que solo les ofrece una tierra de oportunidades, prosperidad y con una democracia sólida. Además, su contribución ha sido fundamental en el sostenimiento de la economía hondureña, siendo este renglón el mayor generador de divisas, al aportar solo en 2018 más de $4,800 millones, sin contar con los 5,000 millones que se esperan al final de 2019.
Datos del Banco Central reflejan que el 90% de las remesas provinieron de EUA y se estima que el 58.7 % de los hondureños residentes allá hicieron al menos un envío promedio de $381 al mes, mientras el 69.9% fue remitido a través de transferencias electrónicas, siendo su mayor destino las comunidades rurales del país, en donde escasean las fuentes de trabajo. Sin duda, la contribución de los hondureños en EUA es fundamental para Honduras, de modo que su continuidad en esa nación debe ser un asunto de altísima prioridad nacional. Este momento en que Trump presiona para que Honduras se convierta en un país seguro para sus intereses de política migratoria, debe ser la coyuntura propicia para exigir, como mínimo, que a nuestros compatriotas tepesianos se les conceda, por fin, la acariciada residencia permanente.
Mientras eso no suceda seguiremos cada año con el corazón en un hilo esperando que EUA sea compasivo y nos extienda el TPS.