EL PODEROSO DINERO
Sobre la producción de legionarios catrachos, lo que están haciendo hoy los directivos del fútbol hondureño, entre los que incluyo a los que sacrifican fondos propios o de sus empresas para hacerse populares y mantener equipos en primera y segunda división, más los pocos recursos con los que ahora se cuenta en el país y la superación de naciones como China y europeos de segundo nivel que en el pasado han recibido a nuestros jugadores, lamento decirles que contra mis deseos no observo un futuro halagüeño, más bien un franco retroceso que en esta nueva década podría hacernos sufrir en el fútbol más decepciones al ver que países de menor nombre futbolístico que Honduras están colocando jugadores en Europa. Incluso en el sorteo de la semana anterior de las eliminatorias para los Juegos Olímpicos de este año todo se presta para que ganemos nuestro grupo y por eso parece un calendario favorable; pero no lo es porque para llegar a Japón será necesario vencer a México, Estados Unidos o Costa Rica.
La Concacaf colocó a estos tres grandes en el mismo grupo con una segunda intención que debemos entender de la misma manera que se induce el sorteo del Torneo de Clubes de Concacaf, la forma de clasificación a la hexagonal rumbo a Qatar, la Copa Oro y la Liga de Naciones que persiguen objetivos económicos quedando claro que nuestro país solo es atractivo cuando la selección se presenta en ciudades de Estados Unidos por los casi dos millones de compatriotas que allá viven. No debemos olvidar que algunas ciudades de Honduras fueron prósperas gracias al dinero lavado y el volumen de circulante producido por el narcotráfico que al desaparecer disminuyó los sueldos que se estaban pagando a ciertos jugadores de fútbol e incluso mandó al anonimato a varias instituciones que habían sido protagonistas del campeonato liguero. Por eso es importante saber qué pasó con los 100 millones de lempiras anuales que en enero de 2017 acordó el Congreso Nacional de la república destinar para el deporte hondureño.