Giammattei, el doctor que Gobernará Guatemala “con testosterona”
El nuevo mandatario guatemalteco sufre de esclerosis múltiple y es calificado como un tirano por sus opositores
Alejandro Giammattei, el nuevo presidente de Guatemala, es un médico contrario al aborto y de carácter fuerte forjado en la administración pública que esperó dos décadas para conducir las riendas del país centroamericano. “Yo no quiero ser reconocido como un hijo de puta más en la historia de este país”, decía Giammattei eufórico durante sus giras de campaña el año pasado, aludiendo a sus antecesores en la presidencia de Guatemala. Giammattei, de 63 años, venció en agosto pasado en balotaje a la exprimera dama Sandra Torres. Padre de tres hijos y separado de su esposa Rosana Cáceres, Giammattei afirma estar en contra del aborto y el matrimonio homosexual, y rechaza impulsar reformas constitucionales para adecuar al país “a una agenda globalista”.
Apoyado en muletas para caminar por una esclerosis múltiple desde hace 40 años, Giammattei cumplió el objetivo de ganar la presidencia en su cuarta candidatura, después de su primera postulación en 2007, cuando quedó en tercer lugar. “Quienes lo rodean aseguran que es alguien impulsivo, enojado, iracundo, déspota, tirano, impredecible, vengativo, con nula inteligencia emocional”, destacó el portal de investigación Nómada. La mayoría de guatemaltecos reconoce a Giammattei por un escándalo cuando dirigió el obsoleto y hacinado sistema de cárceles del país.
El ahora presidente estuvo más de 10 meses en prisión en el año 2010 tras ser acusado de la ejecución
de siete reos en una prisión en 2006, cuando era director del sistema penitenciario, pero quedó en libertad luego que la fiscalía no pudo comprobar su participación en el caso.
Tras su elección, Alejandro Giammattei aseguró en una entrevista que en su gobierno combatirá “con testosterona” la inseguridad, el narcotráfico, el crimen organizado y las pandillas, causantes de la mitad de las más de 3,500 muertes violentas al año, uno de los índices más altos de Latinoamérica.
Un día antes de asumir la presidencia, Giammattei aseguró que las pandillas habían dado “luz verde” desde las cárceles para asesinarlo.
Como parte de su estrategia de seguridad, el nuevo presidente ha dejado abierta la posibilidad de resucitar la pena de muerte, la cual está en suspenso desde el 2000 por un vacío legal. También propone que los presos trabajen en las cárceles fabricando escritorios para escuelas, así como la ropa de cama, toallas y almohadas de todos los hospitales.