El ejemplo de éxito de un negocio familiar
Su negocio, un lugar icónico en Comayagua, tiene más de 48 años de deleitar paladares de connacionales y extranjeros, pero detrás del éxito sobresale un ejemplo de emprendimiento y que el esfuerzo, así como la dedicación constante, son claves para hacer realidad los sueños de triunfar. Se trata de Carmen Aguilar de Hernández, quien a sus 75 años continúa trabajando y generando fuentes de empleo en beneficio de la población de la ciudad que fue capital del país. Esta emprendedora impulsó junto a su esposo Guillermo Hernández una empresa familiar denominada Fincas del Carmen, cuyos productos alimenticios han traspasado las fronteras al ser exportados y distinguidos por su sabor al igual que calidad. Doña Carmen, como es conocida, nació en Ocotepeque y desde 1973 reside en la zona de Los Mangos, Comayagua, en cuya propiedad abrió una tienda que llamó El Baratío Copaneco. Un año más tarde, esta visionaria mujer fundó el primer supermercado en el centro de la antañona al que también llamó Copaneco. El negocio se extendió en esa urbe, sin embargo, luego de un tiempo decide fundar bajo el lema “Tradición con sabor a finca” su emblemático negocio. Los chicharrones de Delicias del Carmen son el producto por excelencia que ofrece, siendo reconocidos a nivel mundial. También producen nacatamales de cinco variedades, los que son exportados a distintos destinos. Doña Carmen recuerda que inició lo que hoy en día es su patrimonio familiar con múltiples esfuerzos, así como privaciones, pero que ha podido prosperar con el paso del tiempo. La tercera generación de su familia labora en el negocio, mientras que sus hijos Guillermo, Bayron, Juan y Manuel, sus “cuatro pilares”, manejan las operaciones diarias. Aunque ya no cuenta con la ayuda idónea de su esposo, ella está consciente que los empresarios aprenden de los fracasos para lograr el éxito. “Pero el éxito también puede crear cierto confort en un emprendedor y crear una sensación de que todo está bien, causando que muchos se duerman en sus laureles”, manifestó. La empresaria que recientemente fue galardonada por el Cohep con el premio “Héroes y heroínas de Honduras” enfatizó que “siempre es bueno tener ese recordatorio de cómo iniciamos para seguir adelante, nunca hay que dejar de soñar”.
Estoy segura que así como cambian los tiempos, cambian los retos que las empresas afrontan cada día”
“Este es el mejor país del mundo y si todos aportamos podemos crecer más allá de lo que podemos imaginar para las futuras generaciones”