Diario La Prensa

La nostalgia y el amor invadieron Viña del Mar

Ana Gabriel y Pimpinela brillaron en el escenario de la Quinta Vergara Hoy cantará la banda estadounid­ense Maroon 5 y el artista brasileño Alexandre Pires

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CHILE. Puntual y con una eterna sonrisa, la “Diva de América”, como se le conoce a la cantautora mexicana Ana Gabriel, cantó por cuarta vez en su carrera en el Festival de Viña del Mar, donde encandiló con su romanticis­mo a sus más fieles seguidores y pidió “orar” por Chile. La artista, de 64 años, comenzó con Destino, tema incluido en su disco En vivo, de 1990, un repertorio que navegó entre la balada y la canción tradiciona­l mexicana.

“Ayer fue la noche de las mujeres. Hoy son de los recuerdos. ¡Y no porque seamos viejas!”, dijo la intérprete antes de recibir un “¡nooo!” rotundo de su público. Después de cantar su tema Mar y Arena, María Guadalupe Araujo -su nombre real-, tomó una bandera de Chile y lanzó un extenso discurso. “Viendo la situación de mi país, viendo la situación que continúa en esos países tan hermosos como Venezuela, Nicaragua, Honduras, se me llenó el alma de una tristeza tan grande de ver a mi Chile de esta manera”, exclamó.

Tras sus presentaci­ones en

“Viendo la situación en países como Chile, Venezuela, Nicaragua y Honduras, se me llena el alma de tristeza” Ana Gabriel Cantautora mexicana

1992, 1995 y 2014, Ana Gabriel desembarca de nuevo en Viña en un delicado momento para Chile, donde hace cuatro meses se produjo un estallido de protestas en las calles que claman por cambiar el modelo socioeconó­mico del país para lograr mayor igualdad social y contra el Gobierno del conservado­r Sebastián Piñera. La mexicana se mostró tajante: “Espero que las cosas vuelvan como lo tenía yo siempre en mi alma. No me gusta la política, pero tampoco acepto que le hagan daño a los pueblos. No lo puedo aceptar, como no acepto lo que está pasando en México”, confesó.

El regreso de Pimpinela. Las peleas quedaron en un segundo plano en el regreso de los Pimpinela al Festival de Viña del Mar tras 36 años de su primera vez en el escenario de la ciudad chilena. La razón, los recuerdos que sobrevolar­on el primer recital de los hermanos Galán tras la muerte de su madre. Poco importó que el concierto empezara al filo de las 2 de la madrugada en una fría noche en el anfiteatro de la Quinta Vergara.

El público desprendió un fuerte calor humano para el dúo argentino, ya que, además de corear todas sus canciones, exigió que se les entregara la emblemátic­as Gaviotas de Plata y Oro. “Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa y pega la vuelta” .... Al sonar este himno, la Quinta Vergara no podía vibrar más ya casi a las 3 de la mañana. Con Una estúpida más, Cuánto te quiero y Hay amores que matan, los hermanos Galán decidieron dar por cerrada la velada.

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