Sharapova, la princesa siberiana le dice adiós al tenis
La deportista llegó a ser la mejor tenista de la ATP en 2005
RUSIA. La tenista María Sharapova, que anunció ayer su retirada de las pistas, vivió un auténtico sueño americano. Nació en Siberia, donde su familia huyó de la catástrofe nuclear de Chernóbil, emigró con seis años a Estados Unidos y a los 18 años se convirtió en la número uno del mundo.
“Cuando tenía seis años, crucé el globo para llegar a Florida con mi padre. El mundo me parecía gigante entonces”, escribió hoy al anunciar su retirada en un artículo en las revistas de moda “Vogue” y “Vanity Fair”. Fiel a su estilo, Sharapova, de 32 años, anunció en sendas revistas de moda su “adiós” al tenis, deporte que le permitió convertirse en un ícono del deporte a nivel mundial, tanto por sus talento en las pistas como por sus condiciones físicas y su capacidad para coleccionar portadas. Se convirtió en 2005 en la número uno del mundo, aunque su segunda victoria en un Grand Slam tuvo que esperar hasta 2006 en el Abierto de Estados Unidos.
Aunque solo ganó una vez en Australia (2008), tuvo en bonito idilio en ese torneo, cuya final alcanzó en otras tres ocasiones. Entonces, la carrera de Sharapova se vio truncada por las lesiones, especialmente en el hombro, una maldición que le persiguió hasta su retirada más de una década después. Esas lesiones le obligaron a cambiar su forma de jugar. El resultado no se hizo esperar, ya que en 2012 y 2014 ganó en la arcilla de Roland Garros, algo impensable al comienzo de su carrera. Durante varias temporadas libró un feroz duelo con Serena Williams, aunque esta la derrotó tres veces en finales del Grand
Slam y al final la dejó atrás hasta conquistar 23 grandes. Su momento más bajo lo vivió en 2016 cuando la tenista rusa fue suspendida por dos años por la Federación Internacional de Tenis por consumo de Meldonium, fármaco que se utiliza para combatir los problemas cardiovasculares.
Con los años, Sharapova se convirtió en un ícono comercial.