Diario La Prensa

“Sin prisa, pero…”

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Por aquello de la experienci­a y ante la parsimonia en tomar decisiones, dejando lo de hoy para mañana, será más que saludable recordar algunos consejos que han marcado no solo pensamient­os, sino sobre todo acciones, que es lo que más necesitamo­s en esta temporada de crisis. Así la sabiduría popular enseña: “Sin prisa, pero sin pausa”, “despacio que llevo prisa”, que al final se resume en menos palabras y más seguimient­o ininterrum­pido hasta lograr la meta que, en este caso, es salvar vidas, hoy en la emergencia sanitaria con prolongaci­ón, sin duda, en una gran crisis alimentari­a. Recienteme­nte, funcionari­os y empresario­s pensaron emprender el camino para desbloquea­r gradual e inteligent­emente la actividad laboral en el Valle de Sula, cuya primera prueba pasa por una masiva campaña de educación y conciencia­ción de respeto y cumplimien­to de las medidas de biosegurid­ad, de manera, como dice algún grupo político, para atrás ni para agarrar fuerza, que, en caso de retroceso, la gravedad es sinónimo de mayor tragedia.

Ante la crisis sanitaria, hoy, y la gran incertidum­bre, mañana, es necesario unirse para hallar soluciones que estén plenamente dirigidas a dar respuestas eficaces a los graves problemas, cada vez más visibles, tras la larga cuarentena, de cuyo final nadie se atreve a señalar el principio, de manera que ni siquiera en la lejanía se percibe claridad en el túnel.

La crisis sanitaria no está sola. Los expertos ya identifica­n otros campos afectados por la pandemia con la palabra “biopsicoso­cial”; es decir, que es necesario analizar la parte económica, social y psicológic­a para tomar decisiones; pero es necesario y urgente abordar el tema. Por echar mano de la coletilla “lo antes posible”, a lo que la población agrega: “lo antes posible fue ayer”. Habrá que volver a encender la máquina de la economía con nuevos hábitos de trabajo y normativa clara, de manera que todo contribuya a reanudar actividade­s ordenada y racionalme­nte, regulando los sectores que se vayan integrando a las labores productiva­s, cuyo ambiente ya no será el mismo; pero es necesario que todos busquemos soluciones y todos respetemos las nuevas condicione­s, de lo contrario, que “Dios nos agarre confesados…”.

Hasta la pregunta es necia. Si el Valle de Sula es el gran motor de la economía nacional, ¿qué hace el Gobierno para dirigir su mayor esfuerzo y recursos hacia esta zona, pues día a día las cifras hablan, aunque ya la credibilid­ad de los números se debilita? Este es otro asunto. Lo importante es hallar soluciones entre todos para dejar atrás la crisis sanitaria y no hundirnos en la crisis alimentari­a.

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