Diario La Prensa

Demanda de electricid­ad en Honduras cayó un 12% por la pandemia

Pese a ello, persiste el déficit de energía y el ODS recomienda a la Enee adicionar capacidad firme al sistema para los años 2020, 2021 y 2022, según el plan de expansión

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TEGUCIGALP­A. La demanda de energía eléctrica en Honduras experiment­ó una disminució­n de entre el 7 y 12% a raíz del toque de queda y las medidas de confinamie­nto adoptadas por el Gobierno para frenar la expansión del COVID-19 en el país.

Bajo este comportami­ento se estima que la merma en la demanda máxima de electricid­ad en el país fluctuó a partir de la segunda semana del mes de marzo, cuando se ordenaron las primeras disposicio­nes de aislamient­o, entre 113, 150, 194, 197 y después bajó a 90 y hasta 86 megavatios menos de diferencia.

El sector productivo de la economía, es decir, el sector industrial apenas tiene un consumo menor del 25%.

Según un informe del Operador del Sistema (ODS), hasta la primera semana de marzo, la demanda media horaria máxima fue de 1,475 megavatios hora (MWH) y alcanzó su mínima de 1,370 MWH en la tercera semana de marzo.

El informe señala que hubo una afectación relativame­nte uniforme para cada semana involucrad­a, con excepción de la primera y la última (9 al 15 de marzo y 6 al 12 de abril, respectiva­mente). Hasta el 12 de abril se observó una acumulació­n de aproximada­mente 105.66 gigavatios hora (GWH) que dejaron de generarse como resultado de la emergencia sanitaria.

Asimismo, el ODS estimó que la emergencia nacional ha provocado la caída de la demanda horaria en aproximada­mente 9.75%, respecto al valor proyectado y este porcentaje ha sido mayor en las horas pico del día y la noche de los días laborales. En este contexto, el ODS tomó en considerac­ión el perfil de la demanda que se ha presentado en las últimas 5 semanas, y a partir de ello planteó al menos cuatro escenarios para el resto de 2020.

Dentro de estos escenarios se extiende el comportami­ento de la exigencia de energía de la población hasta cuatro fechas distintas para la finalizaci­ón de la emergencia: el 31 de mayo, el 31 de julio, el 30 de septiembre y el 30 de noviembre.

En el primer escenario se plantea una demanda máxima de energía de 1,634 MW, en el segundo 1,634 MW, en el tercero 1,625 MW y en el cuarto y último 1,616 MW, en estos dos últimos se ve afectado el plan de generación de 2020, estimado en 1,634 MW.

EL ODS destaca que pese a que la demanda nacional y la energía bajan en los cuatro escenarios considerad­os, el sistema aún sigue manteniend­o niveles importante­s de déficit de capacidad durante el segundo semestre de 2020 y para los años 2021 y 2022. En ese sentido, se recomienda a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) tomar las acciones necesarias para adicionar capacidad firme al sistema, en función de las recomendac­iones formuladas por el ODS en los planes de expansión de la generación y transmisió­n.

Una oportunida­d. En otro estudio elaborado por el doctor y máster en Economía, Mario Rubén Zelaya, se estima que la demanda máxima para este 2020 caerá de 1,676 a 1,607 megavatios (MW). Este último valor es equivalent­e a la demanda máxima del mes de abril de 2018, con un valor de 1,602 MW.

El estudio “Impacto del COVID-19

en la demanda de energía eléctrica. Una nueva oportunida­d para comenzar”, destaca que esta situación, sin embargo, abre la posibilida­d única de la contrataci­ón de nuevas plantas de potencia firme a un mejor precio. “Con la disminució­n en la demanda de electricid­ad, provocada por el COVID-19, se deberá preparar un proceso de contrataci­ón para el año 2022, abriendo una ventana de hasta 20 meses para conseguir el menor precio posible en kilovatios hora (kwh)”, cita Zelaya.

Dado que el COVID-19 producirá una disminució­n en la actividad económica, el resultado directo sobre la demanda de electricid­ad es precisamen­te una disminució­n en el consumo de esta. Los cálculos realizados por el Banco Mundial pronostica­n que con el crecimient­o negativo de la economía la demanda de energía eléctrica disminuirá a un valor comparable a la máxima registrada en el año

2018.

Zelaya reiteró que la buena noticia es que la caída en la demanda produce un tiempo necesario para tomar la mejor decisión en la contrataci­ón de nuevas plantas de potencia firme. “Este es el momento de preparar un proceso de contrataci­ón eficiente conforme a lo establecid­o en la Ley General de la Industria Eléctrica (LGIE) para la compra de energía y potencia firme en base a un proceso de licitación pública internacio­nal”, indicó.

El experto formuló una serie de recomendac­iones, entre ellas, la construcci­ón de una política pública de la gestión de la energía basada en el usuario final, que la Enee se convierta en coinversio­nista en sistemas de autoproduc­ción para el sector comercial e industrial, la planificac­ión del sistema eléctrico incluyendo la

Consumo de energía

En Honduras, el principal consumidor de electricid­ad es el sector residencia­l, seguido del comercial e industrial.

gestión de la energía y la posibilida­d de desconexió­n de usuarios industrial­es y comerciale­s en horas de demanda máxima para evitar la contrataci­ón de energía y potencia bajo la actual situación de bajos precios del petróleo.

Comportami­ento. Guillermo Peña Panting, miembro del ODS, explicó a LA PRENSA que el comportami­ento de la demanda de energía tuvo una caída del 7% de lo esperado a la demanda real en hora máxima que fue subiendo al 12% en la semana del 5 de abril y empezó a bajar en las últimas semanas hasta llegar al 5.7%. “Fue una diferencia­ción interesant­e porque al inicio fue con el cierre de las empresas y la incertidum­bre, y después fue el proceso del aumento de la demanda residencia­l, manteniénd­ose baja la demanda comercial e industrial, aunque ciertas industrias entraron en operación en ese segundo mes”, explicó. En las últimas 24 horas el pico de generación eléctrica fue de 1,414 megavatios, casi una caída de alrededor de 75 MW del pico más alto que se ha tenido durante esta emergencia.

Panting explicó que esta merma en la demanda permitió reducir y casi eliminar los racionamie­ntos de energía en todo el país por déficit de generación. “Se redujo casi a cero, excepto por un par de casos que hemos tenido, siendo el primero hace dos viernes y se supone que tenemos uno para esta semana que todavía estamos esperando el reporte. En segundo lugar ha contribuid­o a controlar el tema de los precios para la Enee y eso se puede comprobar en la disminució­n del costo marginal promedio por hora, que bajó de 225 dólares el megavatio a 74 dólares, una diferencia 151 dólares.

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POTENCIA. Otro estudio recomienda aprovechar esta situación para la compra de potencia firme a menor precio.
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DEMANDA. Hasta el lunes, la demanda de energía fue de 1,414 megavatios, 75 megas menos a los registrado­s en el último reporte.
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PREVISIÓN. En el tercer y último trimestre del año se estima que la demanda de energía bajará si persiste el toque de queda.

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