Descartan sequía: lluvias serán intensas en lo que queda del año
Diferentes modelos predictivos descartan un período dilatado de sequía Anuncian para los próximos días lluvias favorables para la agricultura
SAN PEDRO SULA. A diez meses de haber sufrido los efectos devastadores de una prolongada sequía ocasionada por el fenómeno El Niño, los hondureños, principalmente los radicados en la región del Corredor Seco, afortunadamente recibirán en el segundo semestre de 2020 lluvias y tendrán condiciones climáticas favorables para cultivar maíz y frijoles.
Los previsiones del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sismología (Cenaos) y del Foro del Clima de América Central (FCAC) ofrecen una perspectiva favorable y descartan las probabilidades de la llegada de una nueva sequía en este momento que el país está atenazado en una crisis económica derivada de la propagación del COVID-19. Francisco Argeñal, jefe del Departamento de Meteorología de Cenaos, recuerda que “el año pasado, la canícula fue fuerte y más larga que la de un año promedio”, y para este año anuncia una “menos intensa y más corta que la de un año promedio”. En 2019, la canícula (el período más seco del año y con las temperaturas más altas) comenzó en los primeros días de julio y terminó en septiembre. La prolongación de este fenómeno causó una disminución en la producción agrícola y puso en precario a los agricultores que dependen del vaivén de la naturaleza por carecer de tecnología. “Las lluvias de junio y octubre del año pasado estuvieron por debajo del promedio en el centro y oriente; este año se espera que estén dentro de lo normal o más bien sea un poco más lluvioso. Este año será mucho mejor que el año pasado, al menos en el cultivo de primera. Para el de postrera necesitamos ver cómo se comporta la primera parte de la estación lluviosa y la actualización de los modelos en junio. Por los momentos hay buenos pronósticos de las lluvias de todo el año”, dijo.
Este mes, cuando los agricultores esperan las primeras lluvias, las precipitaciones serán menos activas que otros años; sin embargo, al iniciar la segunda quincena habrá “lluvias y chubascos fuertes con mucha actividad eléctrica, vientos racheados y caída de granizo caracterizan el inicio de la temporada lluviosa, los acumulados serían menores al promedio en los primeros días y mayores al promedio”, indican las predicciones del Foro del Clima de América Central.
En cambio, Dulio Medina, presidente de la Asociación de Productores de Granos Básicos de Honduras (Prograno), espera con alegría que “las primeras lluvias caigan a partir del domingo”.
“Eso nos alegra mucho porque el año pasado tuvimos un año crítico por la sequía; pero no vamos a aprovechar este momento porque el Gobierno no hace un mayor esfuerzo para apoyar la agricultura”, lamentó Medina durante una entrevista telefónica con Diario LA PRENSA. Este dirigente agrícola que cultiva en el valle de Jamastrán (El Paraíso) reconoce que en los últimos días el Gobierno comenzó a desembolsar 150 millones de lempiras para pagar a los proveedores de insumos las deudas de los agricultores, mas no ha creado condiciones que permitan “a la gente que siembra maíz
y frijoles tener acceso a nuevos préstamos a pesar de que el 90% de productores está en la central de riesgo”.
Para el mes próximo, el Comité Regional de Recursos Hídricos (CRRH), institución del Sistema de la Integración Centroamericana (Sica), pronostica lluvias intensas en el sur, centro y oriente y menos precipitaciones en el noroccidente.
En julio, en promedio, los primeros días serán lluviosos y, más tarde, alrededor del 20, entrará la canícula que podría ser menos seca y de mucho menos días.
El CRRH estima que este período sin lluvias concluirá a mediados de agosto y no en septiembre como el año anterior. En este lapso, el territorio hondureño registrará una temperatura ambiente “mayor al promedio, entre 0.5 y 1 grado Celsius.
En los departamentos del noroccidente, específicamente Cortés, será más caluroso”.
Huracanes. Con la llegada de las lluvias, que favorecen la producción de granos básicos y energía eléctrica, entrarán los huracanes (entre el 1 de junio y 30 de noviembre), y esta vez, según diferentes modelos predictivos, serán más poderosos que en años recientes. La empresa norteamericana Tropical Storm Risk (TSR) pronostica que “la actividad de ciclones tropicales en la cuenca del Atlántico será un 25% superior a la normal observada a lo largo del período comprendido entre 1950 y 2019 y de 5-10% por encima de la observada en los últimos 10 años, de 2010-2019” Según la LXI Perspectiva del Clima de América Central, Sur de México y República Dominicana, “la mayoría de los modelos pronostican una actividad ciclónica activa este año, y las probabilidades de ser afectados de manera directa e indirecta por uno o dos ciclones tropicales son más altas en comparación con un año normal”.
Importancia. Para Marlon Escoto Valerio, delegado presidencial de Cambio Climático y del Plan Maestro de Agua Bosque y Suelo, las lluvias son un factor climatológico determinante para la vida de 42,000 familias que practican la agricultura de subsistencia. “Estas familias cultivan unas 90,000 hectáreas: unas 70,000 de maíz y 20,000 de frijol, todo de secano, de secano significa que necesitan la lluvia, que no tienen sistema de riego, y dependen de la cantidad total y distribución de la lluvia para tener acceso a alimentos”, arguye Escoto Valerio.
“Los pronósticos de las entidades relacionadas con el país, tanto meteorológicas como agrometeorológicas, estiman que los cultivos de primera tendrán suficientes precipitaciones o lluvias para cumplir su ciclo. Esto es importante porque, ante esta pandemia y a la necesidad de alimentos, un cruce entre pandemia y sequía puede ser desastroso para poblaciones vulnerables”, le dijo a Diario LA PRENSA en entrevista telefónica.
Escoto ve con optimismo los pronósticos, mas guarda algunas
La temporada de huracanes arrancará el 1 de junio y finalizará el 30 de noviembre. Atlántico, océano más activo
Huracanes
reservas porque es necesario que no solamente llueva, sino que haya distribución de las precipitaciones para que los agricultores en diferentes partes del país y durante un período extendido puedan aprovechar las condiciones.
“En estos momento de pandemia tienen algún acompañamiento de alimentos, pero no es suficiente para cubrir las necesidades a través de las semanas y meses. Es importante darles seguimiento a estas proyecciones para ver la distribución de la lluvia en el próximo ciclo de cultivo, ciclos de dos meses, de tres meses. En algunas regiones esperan las lluvias anticipadas. En el sur y buena parte del Corredor Seco, mayo es el mes tradicional de siembra; hacia el oriente, Olancho, Yoro y Colón es un junio, y hay una variabilidad en el resto del país”, explicó.