AHORA SÍ LA CRISIS ES REAL
Se necesita hoy más que nunca que las personas que dirigen el fútbol administrativa y económicamente hagan lo que menos les gusta hacer; o sea, planificar a futuro con base en la realidad que hoy vivimos. Esta inactividad del balompié hondureño durante casi todo el año 2020 puede pasarnos factura a la hora de las próximas competencias internacionales de cara a los Juegos Olímpicos, Mundiales de menores y Mundial de Qatar 2020. En la mayoría de países del orbe, la actividad se ha reanudado, por lo menos a nivel de entrenamiento, y durante el confinamiento se trabajó con dirección técnica virtual, mientras nosotros continuamos y estaremos varias semanas más con restricciones de desplazamiento que impiden a nuestros atletas comer bien y mantenerse en forma, ya que en la mayor parte de sus hogares ya no existe un sustento económico. Muchos que vivían con dinero del exterior ya no lo están recibiendo, por lo que su habitual mala calidad de vida se ha puesto peor. Vemos difícil la reanudación del fútbol en este año por la condición precaria en la que quedaron 7 de los 10 equipos de la primera división y prácticamente la totalidad de la división de ascenso.
La H tendrá que cambiar de sede porque su principal fortín, que ha sido el estadio Olímpico de San Pedro Sula, está enclavado en la ciudad donde se ha detectado el mayor número de contagios por el coronavirus, una pandemia que va a vivir con nosotros por lo menos durante dos años.
Nuestro principal rival futbolístico en Centroamérica, que ha sido Costa Rica, es uno de los líderes mundiales por cómo atacó a este mal y reanudó hace tres días su campeonato liguero, en el cual brilla el seleccionado Alex López. En las futuras competencias estaremos frente a un país menos enfermo, más adelantado y, como siempre, con mejores costumbres, gracias a que nos superan notablemente en educación y sistemas de salud. Es tan poco previsor el deporte catracho que la Liga Nacional hace 20 años, para repartirse una pequeña ganancia entre sus 7 equipos fundadores, vendió varias manzanas de terreno que hoy valen muchos millones y hubieran servido para revivir a los clubes que se están muriendo por falta de fondos.