De grupo de sicarios era una de las asesinadas en la cárcel
Margarita Gómez Díaz era una marera violenta de la MS-13, según investigaciones Ayer se registró un intento de amotinamiento en el centro penal, pero este fue controlado
TEGUCIGALPA. La supuesta marera de la Salvatrucha (MS-13), Margarita Elizabeth Gómez Díaz (de 40 años), asesinada junto con otras cinco reclusas en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) en Támara, pertenecía al grupo de sicarios y extorsionadores de la estructura criminal, según las autoridades. Sus compinches habían recibido entrenamiento en El Salvador y eran los que recibían órdenes para asesinar a personas que no pagaban la extorsión cada semana.
La mujer fue capturada por la Fuerza Nacional Antimaras el pasado 20 de mayo y fue enviada a prisión en la cárcel de mujeres en Támara.
Oculares de la DPI recogieron elementos romos como piedras, objetos contusos y otros residuos que ayudarán a aclarar los asesinatos.
Gómez Díaz, alias Chispa, fue capturada junto con José Antonio Aguilar, el Muco, y Júnior Joel Montalván, Cuchillero. Los agentes antimaras indicaron que la mujer y los dos hombres mantenían amenazados a muerte a dueños de pequeños negocios, vendedores ambulantes y conductores de carros repartidores de productos que trabajaban en el centro de Tegucigalpa y les exigían cantidades de dinero semanalmente. Gómez Díaz ya había sido procesada en varias ocasiones por trata de personas, robo armado y prostitución, y ahora se dedicaba a acciones ilícitas con los mareros que recibieron entrenamiento en El Salvador. Cuando la mujer era velada en una sala comunal en una invasión conocida como La Cantera, cerca del barrio Buenos Aires y el cerro El Picacho la noche del domingo, dos
sujetos ingresaron al lugar y sin respetar el dolor de los parientes dispararon al ataúd. Al parecer el grupo de criminales que opera en esa zona le habían permitido a la familia de la víctima velar el cuerpo, pero para causar más terror llegaron a dispararle al féretro en el que estaba el cadáver de Margarita Elizabeth.
Identifican a asesinas. Mujeres rivales de la pandilla 18 sorprendieron a Gómez Díaz la noche del sábado 23 de mayo cuando solo tenía tres días de haber sido llevada a la Penitenciaría y la mataron junto con
otras tres integrantes de la MS13 capturadas por delitos relacionados al tráfico de drogas. En el ataque sangriento en el que las pandilleras utilizaron pedazos de hierro, palos, sogas y otras armas blancas también murieron otras dos mujeres que estaban en un área de la sala cuna de la prisión y que supuestamente eran de la mara Salvatrucha. Las seis víctimas del ataque fueron identificadas como Margarita Elizabeth Gómez Díaz, Patricia Nicolle Velásquez Zelaya (de 21), Karla Yoselin Vallecillo Mejía (de 26), Lizeth Abigaíl Moreno Carranza (de
21) y Gilda Yaneth Ruiz (de 22). Cuatro de las mujeres, incluyendo a Margarita Elizabeth, fueron asesinadas en el gimnasio de la penitenciaria femenina, pues estaban aisladas según los protocolos de bioseguridad. Vallecillo Mejía y Velásquez Zelaya fueron asesinadas en el hogar I, ya que estaban asignadas con sus hijos en la sala cuna. El violento ataque inició cuando la reclusa Maryori Mejia, supuesta MS-13, pretendía asesinar a sus rivales de la 18. Pero estas lograron romper los candados de los portones para cometer el brutal ataque.
El comisionado Rommel Martínez, titular de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), dijo que “tenemos individualizadas a cuatro participantes; el desafío consiste en reunir las pruebas suficientes para que estas personas sean condenadas”. Debido a la gran cantidad de evidencias encontradas en la escena, Martínez manifestó que “se han recogido elementos materiales de prueba que nos dan la certeza de que habrá judicialización de los responsables de los asesinatos”. Como secuela de lo ocurrido la noche del sábado, ayer trascendió un nuevo amotinamiento. “Las MS se fueron por allá, las de la 18 también, un montón de disparos, un cachimbo de policías, hoy sí hay policías entonces por eso hay más disparos, pero es exagerado,”, dijo una reclusa en mensaje de voz difundido en redes sociales. Para lograr dispersarlas fue necesario que los agentes policiales lanzaran gases lacrimógenos y persiguieron por los patios a las convictas que querían buscar venganza.