Figueroa, el cañonero al que le temblaban los porteros
El delantero era una de las figuras de la Selección Nacional que asistió al Mundial de España 82. También brilló en el Murcia español donde era ídolo
san Pedro sula. Para Honduras dejó de existir un ídolo, un emblema, un goleador. Para España y para la ciudad de Murcia falleció “Patada de Mula”, al que los porteros le temblaban y los hacía sufrir. Nos deja José Roberto Figueroa Padilla, “el Macho”, el símbolo del fútbol catracho, aquel de pelo afro que bombardeaba despiadadamente a los guardametas rivales con su potente remate, por eso hoy las lágrimas de todo Honduras.
Un infarto fulminante acabó con la vida de uno de los grandes referentes del fútbol hondureño, de una de las leyendas del Vida y sobre todo de aquella Selección guerrera que nos hizo sentirnos orgullosos en el Mundial de España 82. La muerte sorprendió al exfutbolista la noche del domingo cuando departía con unos amigos en la ciudad de San Francisco, California, tenía 61 años de edad. Figueroa, quien nació en Calpules Campo, Olanchito, Yoro, inició su carrera en el Vida en 1977, brilló anotando una veintena de goles. Fue por su destacada actuación en el equipo ceibeño, con el que se coronó campeón, que comenzó a ser convocado a las diferentes selecciones nacionales. Primero se afianzó en los combinados juveniles y luego fue tomado en cuenta por el técnico Chelato Uclés para participar en la eliminatoria que le dio a Honduras la clasificación al Mundial de España 1982. El bombardero fue clave con sus goles para lograr el objetivo. En la justa mundialista tuvo participación en los tres partidos y se ganó el respeto y el cariño de la afición catracha que lo idolatraba. Además estuvo en