Diario La Prensa

“De primera necesidad”

"es justificab­le que esté abierto el supermerca­do, La farmacia, elbancoy, ¿ por qué no podríamos abrir nuestros templos?

- Luis Alfonso Amador luis1985yo­joa@yahoo.es

Ante la situación de pandemia generada por el virus COVID-19 la humanidad ha tenido que reinventar­se en muchos campos. El papa Francisco nos decía en una de sus reflexione­s que esta situación nos puso al descubiert­o, al reflejar nuestra fragilidad. En este mismo mensaje nos exhortaba a unirnos todos ya que estamos en la misma barca. El santo Padre al igual que muchos líderes mundiales se ha sumado a buscar vías de solución, ya que cada “rincón” donde este virus ha llegado ha orillado a mandatario­s y pueblos enteros a buscar formas para enfrentarl­o.

Una vez que este inquilino mundial se ha instalado, se empiezan a experiment­ar sus efectos, no solo en las personas, sino también en todas las áreas donde el ser humano se desenvuelv­e. Y aunque algunos sigan negándolo y ofreciendo pruebas de lo que dicen, las estadístic­as locales y mundiales no engañan. Los que mueren son personas reales, de carne y hueso, dejando familias enlutadas. Si este inquilino pronto se irá no lo sabemos. Lo que sí es cierto es que cada vez son más los que se suman para echarlo fuera, ya no lo quieren como huésped mundial. Ante esta situación mundial hay medidas que tomar, retos que asumir, normativas a implementa­r, etc.,

Sin embargo, aunque se tomen muchas medias y propongan, promulguen y apliquen muchas normas, sabemos que todo lo de primera necesidad no les debe faltar a las personas. Pues claro, nadie puede estar sin comida, sin medicinas, sin dinero para adquirir lo que necesita en su diario vivir; todo esto es indispensa­ble. Se ha regulado para que los ciudadanos puedan salir a adquirir aquello que se ocupa en el día a día. Solo se deben observar todas las medidas de biosegurid­ad. Aunque se observe o no la normativa oficial, la gente sigue saliendo a buscar aquello sin el cual no podría sobrevivir.

Ante todo esto yo pregunto… ¿Es Dios “algo” de primera necesidad? El pueblo hondureño en su mayoría se confiesa creyente. Y muchos dicen que Dios es el centro de sus vidas y que sin él no podrían vivir. Humanament­e hablando necesito alimentar mi cuerpo para no desnutrirm­e, necesito las medicinas cuando me enfermo de algo, y como es lógico, necesito el dinero para adquirir todo esto; por eso es justificab­le que esté abierto el supermerca­do, la farmacia, el banco…

Y, ¿por qué no podríamos abrir nuestros templos? Así como se supone que en los demás lugares de primera necesidad solo se pide que cumplan con el protocolo de biosegurid­ad. ¿No podemos solo aplicar eso también a nuestros templos y demás lugares de culto? O, ¿es que Dios no es de primera necesidad? Es cierto que Dios está en mí, en mi familia y que puedo hacer de mi hogar una iglesia doméstica, pero el templo como lugar sagrado, como espacio especial para el culto y encuentro con mis demás hermanos, no hay duda que también es de primera necesidad. Lo que escribo ahora me surge después del diálogo con muchos feligreses. No es simplement­e por querer incumplir una normativa, pues como Iglesia siempre estaremos a favor de salvaguard­ar el regalo más precioso que Dios nos ha obsequiado, la vida. Pero si me arriesgo a ir al supermerca­do por la comida, a la farmacia por las medicinas, al banco por el dinero… ¿No podría también “arriesgarm­e” un poco pasando por el templo, por la Iglesia, a hacer un poco de oración o participar de la Santa Misa? Esto lo digo, lo escribo y lo sustento en caso de que Dios sea “algo” de primera necesidad.

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