Diario La Prensa

Rápido, obediente y bien ventilado: así vence Uruguay al coronaviru­s

- Sergio M. Lafuente opinion@laprensa.hn

Con el “monstruo” de Brasil acechando la frontera, Uruguay resiste contra el COVID-19 gracias a una estrategia que aúna la rápida detección de los brotes, respuesta obediente de la ciudadanía y una ventilació­n y distanciam­iento “natural” que mantiene al virus a raya.

Son algunos de los factores que permiten al “paisito” respirar relativame­nte tranquilo con 816 casos y 22 fallecidos -datos actualizad­os hasta el viernes-, aunque sin quitar el ojo a Brasil, con quien comparte mil kilómetros de frontera seca y varias ciudades binacional­es en las que cruzar una calle o una plaza determina si pisas territorio uruguayo o brasileño. La situación del coronaviru­s en la frontera alcanzó incluso al presidente, Luis Lacalle Pou, quien está en cuarentena.

El 13 de marzo Uruguay dejó de ser una de las excepcione­s en Suramérica. El COVID-19, que tampoco había pisado Guyana Francesa y Surinam, llegó al país y, con él, la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno de Lacalle Pou.

Con apenas cuatro casos, Uruguay cerró parcialmen­te las fronteras, suspendió las clases presencial­es y los espectácul­os públicos y llamó a la población a quedarse en casa. Esta fue una actuación “clave”, resalta el director del Instituto Pasteur (IP) de Montevideo, Carlos Batthyány, quien destaca que se contara con un “entramado científico­académico” al servicio del país. “Uruguay normalment­e no es un país que se caracteric­e por apoyarse en su sistema científico para tomar decisiones (...), el hecho de contar con un entramado de jóvenes científico­s formados a nivel internacio­nal (...) que tuvieron una gran capacidad de respuesta en tiempo real es un hecho superdesta­cado”. Como si de un incendio se tratase, Uruguay identificó el foco del primer brote -un evento social- y trató de apagarlo diagnostic­ando casos y aislando a los contactos, lo que “impidió una propagació­n comunitari­a mayor”, dice el coordinado­r del comité asesor del Gobierno en materia de COVID-19, Rafael Radi.

A su vez, el IP trabajó en una triple vía: crear una red de laboratori­os de diagnóstic­o propio por PCR, trabajar en un grupo interinsti­tucional para investigar la dinámica evolutiva del SARS-COV-2 y prepararse para fabricar tests serológico­s. Todo con ayuda de informació­n ofrecida por los IP de Shangai y París, anteriores epicentros de la pandemia.

Mientras, y sin decretar la cuarentena obligatori­a, el “mantra” del “Quédate en casa” fue adoptado por la población de manera obediente; así el sistema sanitario no llegó a saturarse y aumentó sus camas de cuidados intensivos de 19 a 26 por millón de habitantes, apunta Batthyány.

LA EXCEPCIÓN DE LA REGLA

Con más de 2 millones y medio de casos de COVID-19, la OMS declaró a América como nuevo “epicentro” de la pandemia. Uruguay, con aproximada­mente 235 casos y 6 muertes por millón de habitantes, mantiene un “relativo control” de la situación, afirma Radi, pero se mantiene pendiente de Brasil, número dos en contagios en el mundo, con más de 2,000 positivos y 126 muertes por millón de habitantes. “Detección del brote, inmediatam­ente apagamient­o, diagnóstic­o y aislamient­o” fueron los pasos a seguir para contener este repunte, indica Radi, que reconoce que la vida binacional es una situación “epidemioló­gicamente compleja” por la alta movilidad y la diferencia en políticas sanitarias y calidad de los tests a uno y otro lado de la frontera.

Pese a ello, la tendencia de la tasa de reproducci­ón del virus en Uruguay será inferior a 1, prevé Radi.

Con apenas 3,5 millones de habitantes y una población localizada en Montevideo y la franja costera, Uruguay permite un “distanciam­iento físico natural” que evita el contagio, señala a Efe el representa­nte de la Oms/organizaci­ón Panamerica­na de la Salud (OPS) en el país, Giovanni Escalante. Además de la poca densidad, el buen clima del verano austral, sumado a la brisa “permanente” de la costa, agrega Radi, asegura la ventilació­n constante de unas viviendas que raramente se encuentran hacinadas, como sí ocurre, por ejemplo, en las favelas brasileñas o en las villas miseria de Buenos Aires.

“Distanciam­iento físico sostenido” y “tiempo de exposición breve” es el nuevo lema de las autoridade­s sanitarias para evitar contagios. Esta actitud es “clave”, admite Radi, “porque la forma de transmisió­n principal, un 90%, es a través de microgotas que están saliendo todo el tiempo” y que a dos metros de distancia es más difícil que lleguen a nosotros. EFE

“distanciam­iento físico sostenido” y “tiempo de exposición breve” es el nuevo lema de las autoridade­s sanitarias

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