Rápido, obediente y bien ventilado: así vence Uruguay al coronavirus
Con el “monstruo” de Brasil acechando la frontera, Uruguay resiste contra el COVID-19 gracias a una estrategia que aúna la rápida detección de los brotes, respuesta obediente de la ciudadanía y una ventilación y distanciamiento “natural” que mantiene al virus a raya.
Son algunos de los factores que permiten al “paisito” respirar relativamente tranquilo con 816 casos y 22 fallecidos -datos actualizados hasta el viernes-, aunque sin quitar el ojo a Brasil, con quien comparte mil kilómetros de frontera seca y varias ciudades binacionales en las que cruzar una calle o una plaza determina si pisas territorio uruguayo o brasileño. La situación del coronavirus en la frontera alcanzó incluso al presidente, Luis Lacalle Pou, quien está en cuarentena.
El 13 de marzo Uruguay dejó de ser una de las excepciones en Suramérica. El COVID-19, que tampoco había pisado Guyana Francesa y Surinam, llegó al país y, con él, la emergencia sanitaria decretada por el Gobierno de Lacalle Pou.
Con apenas cuatro casos, Uruguay cerró parcialmente las fronteras, suspendió las clases presenciales y los espectáculos públicos y llamó a la población a quedarse en casa. Esta fue una actuación “clave”, resalta el director del Instituto Pasteur (IP) de Montevideo, Carlos Batthyány, quien destaca que se contara con un “entramado científicoacadémico” al servicio del país. “Uruguay normalmente no es un país que se caracterice por apoyarse en su sistema científico para tomar decisiones (...), el hecho de contar con un entramado de jóvenes científicos formados a nivel internacional (...) que tuvieron una gran capacidad de respuesta en tiempo real es un hecho superdestacado”. Como si de un incendio se tratase, Uruguay identificó el foco del primer brote -un evento social- y trató de apagarlo diagnosticando casos y aislando a los contactos, lo que “impidió una propagación comunitaria mayor”, dice el coordinador del comité asesor del Gobierno en materia de COVID-19, Rafael Radi.
A su vez, el IP trabajó en una triple vía: crear una red de laboratorios de diagnóstico propio por PCR, trabajar en un grupo interinstitucional para investigar la dinámica evolutiva del SARS-COV-2 y prepararse para fabricar tests serológicos. Todo con ayuda de información ofrecida por los IP de Shangai y París, anteriores epicentros de la pandemia.
Mientras, y sin decretar la cuarentena obligatoria, el “mantra” del “Quédate en casa” fue adoptado por la población de manera obediente; así el sistema sanitario no llegó a saturarse y aumentó sus camas de cuidados intensivos de 19 a 26 por millón de habitantes, apunta Batthyány.
LA EXCEPCIÓN DE LA REGLA
Con más de 2 millones y medio de casos de COVID-19, la OMS declaró a América como nuevo “epicentro” de la pandemia. Uruguay, con aproximadamente 235 casos y 6 muertes por millón de habitantes, mantiene un “relativo control” de la situación, afirma Radi, pero se mantiene pendiente de Brasil, número dos en contagios en el mundo, con más de 2,000 positivos y 126 muertes por millón de habitantes. “Detección del brote, inmediatamente apagamiento, diagnóstico y aislamiento” fueron los pasos a seguir para contener este repunte, indica Radi, que reconoce que la vida binacional es una situación “epidemiológicamente compleja” por la alta movilidad y la diferencia en políticas sanitarias y calidad de los tests a uno y otro lado de la frontera.
Pese a ello, la tendencia de la tasa de reproducción del virus en Uruguay será inferior a 1, prevé Radi.
Con apenas 3,5 millones de habitantes y una población localizada en Montevideo y la franja costera, Uruguay permite un “distanciamiento físico natural” que evita el contagio, señala a Efe el representante de la Oms/organización Panamericana de la Salud (OPS) en el país, Giovanni Escalante. Además de la poca densidad, el buen clima del verano austral, sumado a la brisa “permanente” de la costa, agrega Radi, asegura la ventilación constante de unas viviendas que raramente se encuentran hacinadas, como sí ocurre, por ejemplo, en las favelas brasileñas o en las villas miseria de Buenos Aires.
“Distanciamiento físico sostenido” y “tiempo de exposición breve” es el nuevo lema de las autoridades sanitarias para evitar contagios. Esta actitud es “clave”, admite Radi, “porque la forma de transmisión principal, un 90%, es a través de microgotas que están saliendo todo el tiempo” y que a dos metros de distancia es más difícil que lleguen a nosotros. EFE
“distanciamiento físico sostenido” y “tiempo de exposición breve” es el nuevo lema de las autoridades sanitarias