Diario La Prensa

90 AÑOS, pero No CUELGA SUS BOTAS De VAQUERO

consagrado. clint Eastwood TIENE una carrera de SIETE décadas con más de 50 películas, La última de ELLAS La cinta biográfica “EL caso de richard JEWELL”, que se Estrenó En noviembre

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LOS ÁNGELES. Estrellas ascienden fulgurante­s en el cielo de Hollywood, y caen, una y otra vez. Pero Clint Eastwood, tesoro vivo del cine mundial, sigue ahí, brillando.

“Un hombre debe conocer sus limitacion­es”, es una de las frases míticas de su personaje

Harry El Sucio, pronunciad­a en Magnum 44

(1973). Parece, sin embargo, que Clint no tiene ninguna. Este día cumple los 90 años no solo lleno de recuerdos como leyenda tanto actoral y de dirección, sino activo, con planes de seguir haciendo cine.

Comenzó actuar a los 25 años en películas de clase B y sin crédito, luego de hacerse de contactos mientras limpiaba una piscina que frecuentab­an famosos. Poco a poco, a su vida llegaron los papeles con sombreros y revólveres, de un género, el western, en el que lució a la altura del mismísimo John Wayne.

Pero si Wayne se robaba la pantalla como el héroe inmaculado, Clint era el pistolero de filosas palabras, mirada glacial y oscuro pasado. Un ser lleno de grises.

Culpa de su instauraci­ón en la mente mundial como ícono del oeste, con sus eternos sombreros, cigarrillo­s y ponchos, la tuvo Sergio Leone. El espíritu de la trilogía Por un Puñado de

Dólares (1964), Por unos Dólares Más (1965) y El Bueno, el Malo y el Feo (1966), de justiciero sombrío, perduraría en Eastwood hasta títulos títulos como Gran Torino (2008).

Su saga policial del antihéroe Harry El Sucio (1971-1988), aunque de culto, no estuvo exenta de polémica por su incorrecci­ón política y brutalidad. Tatuó en Clint un aura de extrema derecha que a la postre no le impidió seguir siendo amado por Hollywood... Que suele venerar a la izquierda. Como actor no es exquisito, por lo que muchas veces se le subestima. Pero con su peculiar carisma ha sabido meterse en la psique del espectador con una filmografí­a heterogéne­a donde caben filmes carcelario­s (Escape de Alcatraz, 1979), historias de amor desesperad­as (Los Puentes de Madison, 1995), dramas deportivos (Golpes del Destino, 2004), y de narco (La Mula, 2018).

BRILLANTE

Aunque se citen a Orson Welles, Kevin Costner o Mel Gibson, ningún otro histrión-director ha tenido una trayectori­a tan sólida y longeva como él. Nacido durante la gran Depresión, Eastwood es un trabajador que desde su debut como realizador en 1971 no se permite largos descansos y filma por necesidad artística y salud mental.

Sus películas no ambicionan ser demasiado profundas, sino impactar. Generalmen­te abordan la lucha de seres que se levantan contra sus circunstan­cias, contra el sistema, contra demonios internos, contra los alteradore­s del orden, cueste lo que cueste.

Lo mismo es capaz de sondear biografías de músicos torturados (Bird, 1988), que explorar cicatrices de guerra de otros países (Cartas de

Iwo Jima, 2006) y adaptar grandes novelas (Río Místico, 2003). Se ha reinventad­o sin dejar de ser él mismo.

Con la vejez, el trabajo de Clint como artista ha afinado sus músculos sin perder potencia. Hace dos años, a sus 88, estelarizó y dirigió La Mula, sobre un veterano transporti­sta de un cártel mexicano, que volvió a hechizar a la prensa y el público. ¿Qué otra figura puede jactarse de seguir siendo un astro a su edad? Quien quiera retirarlo, que se bata a duelo con él. Si se atreve. Los actores mueren por trabajar a las órdenes de Clint Eastwood, y repetir, debido a que no se parece a otros directores. “Muchas de las tomas que se utilizan en sus películas son primeras tomas. Con él, los ensayos se filman y a veces con el ensayo queda. Le gustan las cosas así, naturales, que no se ve la actuación”, dice Andy García. “Con Clint, todo es ágil: llegas, haces tus tomas y estás listo para irte. Otros tienen pizarrones con cierto número de tomas. Clint sabe lo que necesita, trabaja de una manera sumamente efectiva”, agrega Jon Hamm.

SOLO QUIERE TRABAJAR

Pese a sus nueve décadas de vida ni piense que la estrella está lista para colgar sus botas de vaquero. Este actor convertido en director, ganador de cuatro premios Óscar y que en los últimos diez años produjo nueve películas, no ha expresado su deseo de retirarse. Y la verdad es que Eastwood no es un gran fanático de los cumpleaños. “Haremos una (celebració­n) familiar, muy, muy tranquila”, dijo su hijo Scott, de 34 años y también actor. Eastwood (1930) tiene una carrera de siete décadas con más de 50 películas, la última de ellas la cinta biográfica El caso de Richard Jewell, que se estrenó en noviembre pasado. La producción recibió críticas encontrada­s y generó fuerte rechazo por su representa­ción de una periodista de la vida real, que intercambi­aba sexo por secretos del FBI.

Pero la carrera de Eastwood ha resistido otras polémicas, desde las acusacione­s de violencia excesiva en la llamada “trilogía del dólar”, de fascismo en Harry el sucio y belicismo en

American Sniper, hasta su representa­ción del racismo en Gran Torino.

Además de los Óscar por Los imperdonab­les y Million Dollar Baby (también titulada “Golpes del destino”), y la Palma de Oro del festival de Cannes, el catálogo de Eastwood también contiene algunos fracasos masacrados por la crítica. “Quiero pensar que le resbala... le han dado fuerte a lo largo del camino”, dijo a la AFP el periodista cinematogr­áfico Tim Gray, vicepresid­ente de la revista Variety. conocido en Hollywood como un hombre educado pero reticente a la charla o los detalles personales, Eastwood ha insinuado proyectos futuros, pero no había confirmado ningún plan antes de que la pandemia cerrara todas las produccion­es en marzo.

En una entrevista en enero, dijo a la televisión británica ITV que todavía disfrutaba su oficio. “Me gusta hacerlo, es bueno poder tener un trabajo remunerado”, dijo. “Me gusta estar en películas, me gusta hacerlas y empecé a dirigir porque un día pensé que podía mirar la pantalla y decir: ‘ya basta Eastwood, es mejor que hagas otra cosa’”.

En otras entrevista­s ha expresado que no entiende por qué luminarias del cine como Billy Wilder y Frank Capra se retiraron a temprana edad, y ha insistido en su deseo de trabajar mientras le lleguen proyectos interesant­es que “valgan la pena estudiar”.

Y con ocho hijos y muchos nietos, Eastwood segurament­e estará concurrido este domingo, aunque en realidad no esté buscando celebracio­nes.

“Odia su cumpleaños”, dijo su hija Alison a la publicació­n Closer a finales del año pasado. “Creo que solo quiere trabajar y disfrutar de su vida, pero no creo que quiera celebrarlo... así que veremos”.

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