Indignación e ira en EEUU por muerte de afroamericano
Toques de queda en Los Ángeles, Filadelfia y Atlanta tras violentas manifestaciones Las revueltas que comenzaron en Minneapolis se han replicado en varias ciudades
Miles de personas protestaron ayer contra la violencia policial y exigieron justicia para George Floyd
WASHINGTON. El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió que su gobierno deten- drá “en seco” las protestas violentas contra la brutalidad policial y el racismo y culpó a la “extrema izquierda” de ellas, mientras miles de personas salieron ayer a las calles.
“No podemos ni debemos permitir que un pequeño grupo de criminales y vándalos destruyan nuestras ciudades y causen devastación en nuestras comunidades”, dijo Trump tras las revueltas de la noche anterior en la ciudad de Minneapolis. El mandatario dijo que “revoltosos, saqueadores y anarquistas” estaban deshonrando la memoria de George Floyd, un afroestadounidense que murió durante su arresto en Minneapolis el lu- nes y que se ha convertido en un nuevo símbolo de la brutalidad policial contra las personas negras en Estados Unidos. Trump llamó a “la reconciliación, no al odio; a la justicia, no al caos”. Sus comentarios se dieron mientras multitudes se empezaban a congregar en Minneapolis, Nueva York, Chicago, Miami, Filadelfia y otras ciudades. Los Ángeles, Filadelfia y Atlanta son algunas que anunciaron anoche un toque de queda para intentar detener las violentas protestas. También se implementó un toque de queda nocturno en Louisville, Kentucky.
Guardia Nacional. El gobernador de Minnesota, Tim Walz, anunció la movilización de los 13,000 efectivos de la Guardia Nacional de su estado, un despliegue del que no se tenía noticia desde la Segunda Guerra Mundial. La policía militar no está autorizada a intervenir en el territorio estadounidense, salvo en caso de insurrección. Ese cuerpo no se ha desplegado desde 1992, cuando fue convocado durante los violentos disturbios de Los Ángeles a raíz de la muerte a manos de la policía de Rodney King.
Los cargos de asesinato en tercer grado presentados el viernes contra un agente por la muerte de Floyd no lograron calmar la ira de manifestantes contra el racismo policial, desde Nueva York a Los Ángeles, en una de las peores noches de disturbios civiles en Estados Unidos en años. Minnesota se ha convertido en el epicentro de la violencia desde que Floyd murió luego de que un oficial lo inmovilizara varios minutos boca abajo contra el suelo apretando la rodilla sobre su cuello. Ese policía, Derek Chauvin, fue acusado de asesinato en tercer grado, involuntario, y un cargo de homicidio culposo. En Atlanta, móviles de la policía fueron incendiados. En Washington se registraron choques con agentes del Servicio Secreto durante acaloradas protestas frente a la Casa Blanca.