Trump atiza las revueltas con postura incendiaria
Los manifestantes colmaron ciudades como Nueva York, Washington, Los ángeles y Houston El Presidente se alaba por el control de las protestas en Washington D.C.
WASHINGTON. Las protestas por la violencia policial contra los afroamericanos cobraron fuerza ayer en distintas ciudades, nutridas por la indignación ante la amenaza de militarización del presidente Donald Trump y las tácticas usadas para despejar a los manifestantes.
Una multitud mucho mayor que la del lunes, con miles de personas, se congregó por la tarde en el centro de Washington, mientras los manifestantes inundaban también las calles de Nueva York, Los Ángeles y Houston en el octavo día de protestas por el homicidio de George Floyd a manos de un policía blanco. “No tienen vergüenza, en la Casa Blanca hay un racista”, coreó un grupo situado en la primera línea de la protesta en Washington. Los manifestantes se dirigían con esa frase a las fuerzas de seguridad situadas al otro lado de una enorme valla metálica, de unos dos metros y medio de altura, instalada ayer a lo largo del extremo norte del parque Lafayette, contiguo a la Casa Blanca. Este parque, de donde el lunes fueron dispersados los manifestantes con gases lacrimógenos para que el presidente Trump, pudiera cruzar a pie la plaza y hacerse una foto delante de una iglesia, estaba repleta anoche cuando el reloj marcó las 7:00 pm y los presentes parecían poco dispuestos a retirarse en cumplimiento del toque de queda.
“Estoy en contra de que se disperse una manifestación pacífica para tomarse una fotografía en la que se trata a la Palabra de Dios como un accesorio político”, criticó el senador federal republicano Ben Sasse, de Nebraska. A cinco meses de las elecciones presidenciales, Trump atizó la crispación tras amenazar el lunes con movilizar al ejército para imponer el orden en las mayores protestas en décadas.
Las protestas pacíficas por la muerte por asfixia de George Floyd en Minneapolis cuando era inmovilizado por un policía blanco derivaron en incidentes violentos durante la noche, pese al toque de queda que rige en muchas ciudades.
El jefe de la Casa Blanca reiteró ayer su amenaza de desplegar
al ejército y afirmó que en Washington “no hubo problemas” con la represión de la noche del lunes, alabando el rol de la policía, que desalojó con gases lacrimógenos a los manifestantes apostados fuera de la iglesia de Saint John. “D.C. no tuvo problemas anoche. Muchos arrestos. Gran trabajo de todos. Fuerza abrumadora. Dominio. (‘Gracias presidente Trump’)”, tuiteó.
Racismo en el sistema. La pandemia del coronavirus y las masivas protestas cristalizaron muchas de las desigualdades que sufre la comunidad negra
en EEUU, desde una mayor probabilidad de morir por coronavirus, a tasas de desempleo dos veces más altas que las de los blancos.
Un informe de 2019 del Boston Consulting Group reveló que apenas tres de las 500 mayores compañías estadounidenses eran lideradas por personas negras y solo 24 por mujeres. En 2018, el ingreso promedio para un hogar blanco tipo en EEUU era de 70,642 dólares anuales contra $41,692 en una familia afrodescendiente, según el Instituto de Política Económica, un centro de estudios progresista.
Ken Frazier, jefe ejecutivo de Merck y el único CEO negro de una compañía que integra el índice Dow Jones, atribuye su éxito a una iniciativa educativa que llevó a un puñado de estudiantes negros de Filadelfia a las mejores escuelas de la ciudad. La contratación y promoción de afrodescendientes y latinos es esencial para combatir la desigualdad, y las empresas no deberían esperar un liderazgo de Washington en ese sentido, señaló.
“Nuestra sociedad está más dividida de lo que nunca ha estado”, aseveró Frazier.
“hemos tenido en el papel del presidente de eua, el papel de un sanador, de unir al país, no atizar el fuego”
“lanzó gases y balas de goma a manifestantes pacíficos para una foto. está más preocupado por el poder”
“la diócesis de Washington, siguiendo a Jesús y su amor, se distancia del lenguaje incendiario detrump”