Juez ordena que el gobierno de EUA reanude trámites del Daca
Instituciones dicen que rescindir del Daca afectaría a más de 1.1 millón de inmigrantes
WASHINGTON. Un juez federal en Maryland ordenó ayer al gobierno del presidente Donald Trump que reanude la recepción de solicitudes y la extensión de permisos del programa Daca, que protege a miles de jóvenes indocumentados, casi un mes después de un fallo del Tribunal Supremo que calificó de “arbitraria y caprichosa” su cancelación.
En su dictamen de cuatro páginas, el juez Paul Grimm volvió a describir como “arbitraria y caprichosa” la terminación de Daca decretada por Trump en septiembre de 2017 y añadió que tras el fallo del Supremo el 18 de junio el programa “queda restaurado a como estaba” antes de la cancelación.
El juez prohibió al gobierno y sus agentes que apliquen o pongan en práctica la rescisión del Daca y “que tomen alguna otra acción para rescindir el Daca que no esté en cumplimiento de la ley aplicable”.
En el curso de una conferencia de prensa, Trump aseguró este martes que su gobierno “se ocupará del Daca”, un programa instaurado por decreto del presidente Barack Obama en 2012 que ha protegido de la deportación a cientos de miles de personas traídas de forma ilegal al país cuando eran menores de edad.
Hasta hoy, el gobierno no ha indicado si, como corresponde de acuerdo al fallo judicial, mantendrá la extensión de permisos a los beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca), y aceptará las solicitudes de otras personas impedidas de hacerlas desde la decisión de rescindir el programa por parte de Trump.
Esto incluye aquellas personas entre unos 650,000 beneficiarios del Daca que han de renovar los permisos, y más de 300,000 nuevos solicitantes entre quienes se cuentan alrededor de 55,000 individuos que en los últimos tres años han cumplido la edad para ampararse en el programa. El Centro para Progreso Americano calcula que cualquier decisión sobre el Daca afecta a más de 1.1 millón de inmigrantes indocumentados si se cuentan a los familiares de los “soñadores” como a sí mismos se denominan los beneficiarios directosy decenas de miles de niños y niñas, hijos de los “soñadores”, que han nacido en EEUU y son ciudadanos estadounidenses.