Mayor capacidad
La lección más evidente de la pandemia son la vulnerabilidad y el llamado a la modestia que deberán integrarse a nuestra forma de vivir, de manera que la solidaridad y fraternidad sean señales de la dirección en los complicados caminos que se presentarán en la nueva normalidad, como se da en llamar a los tiempos que vienen y a sus exigencias. De momento la crisis sanitaria ha obligado a un alto, por temor al contagio, pero con expectativas de hacer lo que hacíamos, sin temor a la enfermedad.
Sobre ello y con plena convicción de que somos mucho más vulnerables, los esfuerzos más representativos, en la línea de la heroicidad, han sido protagonizados en el ambiente sanitario, sumamente débil, pero ha ido desarrollando mayor capacidad de respuesta a un costo humano sumamente elevado, con pasos de avance para combatir el virus y defender la vida desde el primer síntoma de la enfermedad.
El éxito deseado por todos se irá trazando en un ambiente tan complejo que, en un primer momento, invita al pesimismo, pero que representa un desafío necesario para superar la prueba, si hoy es prioridad la salud, aplanar la curva como dicen los técnicos, llamará a la puerta otro gran reto: la reactivación económica, condicionada al compromiso y sacrificio de todos, sin excepciones, “porque sencillamente la vida no va a ser la misma y hay que adaptarse…”.
La adaptación, tras días en que se nos caía el mundo encima, se tradujo en decisiones estratégicas y acciones concretas que han ido mejorando las condiciones, pero que es necesario fortalecer y ampliar para que, ahora que llegarán días de “prueba”, podamos salir airosos por las actuaciones responsables de la población que, con excepción de locos de atar como dicen en el pueblo, tiene plena conciencia de la enfermedad y del final de la vida si no hay tratamiento puntual y adecuado.
En el departamento de Cortés, que por semanas fue identificado como el portador nacional del virus, la labor de las brigadas ha sido sumamente fructífera, pese a que en un principio hubo que enfrentar la resistencia en los hogares, alimentada en redes sociales que presentaban a los empleados de Salud como contaminantes. La verdad, aunque tarde, sale a flote y ahora la entrega de medicamentos y la práctica de las medidas de bioseguridad en familia han ayudado a disminuir la demanda de atención hospitalaria, de manera que el sistema, sumamente débil, ha aumentado su capacidad de respuesta a la pandemia. La reapertura gradual de la actividad económica dará el nivel de cómo estamos, la ubicación exacta de dónde estamos y la ruta a seguir, con objetivos comunes para el mejoramiento de la calidad de vida de todos los hondureños.