Diario La Prensa

El Beliceño, pieza clave en el rapto de garífunas

Hasta el momento, el Ministerio Público desconoce si Júnior Rafael Juárez Mejía, quien es mestizo, es Rafael Juárez, buscado en Belice por el asesinato de un guía turístico en 2014

- Staff redacción@laprensa.hn

TRIUNFO DE LA CRUZ, TELA. El llamado “allegado a la comunidad”, Júnior Rafael Juárez Mejía (de unos 33 años), un ladino que sería un prófugo de la justicia beliceña, es el cabo suelto que podría esclarecer las causas y el destino de los cuatro garífunas raptados, junto con él, en esta aldea situada a 7 kilómetros de Tela. Durante la madrugada del 18 de julio, individuos armados con vestimenta similar al uniforme de la Dirección Policial de Investigac­ión (DPI), según organizaci­ones garífunas, raptaron a Alberth Snider Centeno Tomas (27 años), Suami Aparicio Mejía García (29), Gerardo Mizael Rochez Cálix (38), Milton Joel Martínez Álvarez (39 años) y el “allegado a la comunidad”, Júnior Rafael Juárez Mejía, conocido en Belice como Rafael Juárez.

Aunque algunos habitantes de esta aldea le llaman también “el beliceño” a la quinta víctima, el Ministerio Público, según Elvis Guzmán, portavoz de esa entidad en la zona norte, no ha logrado establecer su nacionalid­ad y tampoco los nexos con organizaci­ones criminales.

Diversas versiones. En medio de la campaña “Las vidas garífunas también importan”, la cual busca emular al movimiento Black lives matter de Estados Unidos, entidades no gubernamen­tales hondureñas como la Organizaci­ón Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), responsabi­lizan al Gobierno de Honduras por la desaparici­ón de los cuatro garífunas por causas relacionad­as con la defensa de tierras de esta comunidad.

Según Ofraneh, “el presidente del patronato de Triunfo de la Cruz, Snider Centeno Tomas, ha venido desplegand­o una acérrima defensa de los humedales de Punta Izopo, los que se encuentran a merced de los palmeros, quienes han venido destruyend­o los humedales del río Plátano y Gama”. En un comunicado publicado a inicios de este mes, Ofraneh planteó que “a mediados del año pasado, Snider y un grupo de jóvenes de Triunfo de la Cruz intervinie­ron para frenar la quema de cientos de hectáreas de manglares que venían siendo destruidos para la siembra de palma africana, situación que lo puso en la mira de grupos asociados a los narcos palmeros que controlan gran parte de la costa norte de Honduras. Después de esa y otras acciones recibió varias amenazas, por las cuales él presentó denuncias ante el Mecanismo de Protección en noviembre del 2019”. Organizaci­ones de protección de derechos humanos como Amnistía Internacio­nal han hecho eco de los reclamos de las entidades garífunas y le han exigido vehementem­ente al Gobierno realizar investigac­iones sobre este caso que conmueve a la comunidad negra del país. “Presidente Juan Orlando Hernández, como jefe de Estado,

es usted la máxima autoridad responsabl­e del país, por eso le pregunto dónde están estas personas. Según testimonio­s de la comunidad, Alberth Snider Centeno Tomas, Suami Aparicio Mejía García, Gerardo Mizael Rochez Cálix, Milton Joel Martínez Álvarez y Júnior Rafael Juárez Mejía han sido víctima de desaparici­ón forzada a manos de fuerzas de seguridad de Honduras. Este sería un crimen del que, en última instancia, señor presidente, usted sería el máximo responsabl­e”, dice Erika Guevara-rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacio­nal, en un vídeo publicado en Twitter. Para Hugo Maldonado, presidente del Comité de Derechos Humanos de Honduras (Codeh), “el Estado tiene una responsabi­lidad con el pueblo indígena y con la comunidad internacio­nal, debe investigar con responsabi­lidad el desapareci­miento de los hermanos garífunas y otros hechos violentos en los cuales han desapareci­do otras cinco personas”. Sin embargo, “no descarto ninguna de las hipótesis que han estado mencionand­o porque somos humanos. Un pueblo sin comida, sin trabajo… recordemos que ellos viven a orillas del mar. Esa situación los pone en una vulnerabil­idad a favor del crimen organizado y narcotráfi­co. En el Codeh estamos entendidos que los garífunas tienen la sentencia de parte de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos, que si no les han dado las tierras, han hecho negocios con la tierra misma. Aquí no se trata quién tiene la razón, sino de investigar el crimen”, dijo Maldonado.

En los últimos días, dada las versiones que circulan en redes sociales sobre la participac­ión de los raptados en el tráfico de drogas, Ofraneh ha salido al paso para desvirtuar las publicacio­nes. “La campaña de desprestig­io contra los 4 jóvenes garífunas desapareci­dos en Triunfo de la Cruz que se viene dando a través de las redes sociales, no es para nada sorprenden­te, en un país que se ha convertido en un narcoestad­o. Las fotos que vienen circulando no son más que fotomontaj­es, con el propósito de empañar la imagen de los defensores del territorio y otros miembros de la comunidad, que fueron sustraídos de sus viviendas por elementos aparenteme­nte ligados a la Dirección de Investigac­iones Policiales (DPI)”, dijo Ofraneh en un comunicado. Recienteme­nte, la cuenta Lo que pasa hn (@loquepasah­n504), con cerca de 15,000 seguidores, filtró dos audios de personas que negocian el trasiego de droga entre el litoral atlántico de Honduras y Guatemala. Estos están acompañado­s de imágenes de Centeno Tomas, con armas, y también de Júnior Rafael Juárez Mejía.

Separado. Pese a que Juárez Mejía es víctima del mismo rapto, las organizaci­ones garífunas no abogan por su libertad. Tampoco, en gestiones legales, como en la presentaci­ón de un recurso de

habeas corpus presentado ante el

Juzgado de Letras de Tela. En ese documento no figura el nombre de este ciudadano capturado en 2018 en este municipio por tráfico de drogas.

De acuerdo con hipótesis de la Policía de Belice publicadas por medios de comunicaci­ón de ese país, como The San Pedro Sun, el 6 de marzo de 2014 Juárez Mejía presuntame­nte participó en el asesinato del guía turístico Jeffrey Eiley, con quien tuvo una discusión minutos antes de que lo tiroteara.

Tras el crimen, la policía informó que Juárez Mejía había desapareci­do de la ciudad de San Pedro, ubicada en la isla llamada Cayo Ambergris, cercana a las costas mexicanas, y habría viajado a Honduras donde tenía familiares. En esa isla, según la policía, mantenía vínculos con Moisés Campos, jefe de la pandilla Campos Crips, quien ha controlado el negocio de la droga en esa isla durante muchos años. Esta banda ha disputado la droga que llega por el mar con la organizaci­ón criminal los Bloods, señala el informe del caso.

Divididos.

En Triunfo de la Cruz, donde no hay presencia policial, la población está dividida respecto a las causas del rapto de los cinco ciudadanos. Algunos son del criterio que efectivame­nte el crimen podría estar relacionad­o con la defensa de las tierras y otros piensan que detrás de la desaparici­ón puede estar el narco.

En los últimos cinco años, el consumo y tráfico de marihuana han proliferad­o en las comunidade­s garífunas como Triunfo de la Cruz, donde raras veces realizan patrullaje­s la Policía Nacional dado a diferentes factores, entre ellos la distancia, los bajos índices de violencia (en años anteriores) y los recelos de los habitantes de la comunidad, hasta de los directivos del patronato. Una fuente que solicitó el anonimato le informó a Diario LA PRENSA que en mayo, autoridade­s locales de la Fiscalía Especial de Medio Ambiente (Fema), Unidad Municipal Ambiental (Uma), IV Batallón de Infantería y organizaci­ones ambientale­s ingresaron al Parque Nacional Punta Izopo para confirmar una denuncia de deforestac­ión del bosque, sin embargo, Centeno Tomas intentó obstruir la investigac­ión. “Cuando llegamos el presidente del patronato (Centeno) estaba en el río Plátano y cuando nos miró reaccionó enojado y no quería que continuára­mos. Nos dijo que para entrar teníamos que pedir permiso.

Después aceptó porque la Fiscalía le dijo que lo iba a acusar por obstruir las investigac­iones”, dijo la fuente.

Desde el año anterior, Centeno Tomas, en compañía de otros ciudadanos garífunas, recorría los caminos que cruzan el parque nacional con el fin, según dijo en una entrevista concedida a Diario LA PRENSA en septiembre de 2019, “para evitar que entren personas que no son dueñas de estas tierras, como los indios, sin ofender”.

En esa ocasión, Tomas, quien dijo llamarse José, le aseguró a periodista­s de LA PRENSA que ellos estaban dispuestos a defender con armas la propiedad de las tierras que la Corte Internacio­nal de Derechos Humanos (San José, Costa Rica) les había confirmado en una sentencia emitida en octubre de 2015.

Sin embargo, admitió que garífunas “por necesidad” deforestan, queman el bosque para cultivar palma aceitera dentro de la zona de amortiguam­iento y humedales del Parque Nacional Punta Izopo.

Además de patrullar caminos que serpentean el interior de la reserva para mantener el control de la zona,

Centeno Tomas y su grupo de compañeros vigilaban permanente­mente la desembocad­ura del río Plátano y más de diez kilómetros de playa que todo el tiempo permanecen desoladas por la difícil accesibili­dad.

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1.Júnior Rafael Juárez Mejía en una foto filtrada recienteme­nte con un audio por @loquepasah­n504. Rafael Juárez en foto de Breaking Belize News en 2014. Rafael Juárez en foto de The San Pedro Sun en 2014.
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•Júnior Rafael Juárez Mejía
•33 años
Buscado en Belice por la muerte de un guía turístico Foto publicada por medios de Belice en 2014 cuando la policía comenzó a buscarlo por la muerte de Jeffrey Eiley. •Júnior Rafael Juárez Mejía •33 años

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