“No pasará”
“Ni quiera Dios” es la expresión popular cuando se alude o se habla de situaciones de las que para muchos con diario vivir en vilo no tienen ni pie ni cabeza. Esto ocurre con la pretensión de universalizar la seguridad social, presentada como panacea de salud para todos los hondureños con la bandera de la solidaridad, aunque se arrincone la justicia con la legalidad de una orden de quien tiene el poder.
No nos vamos a referir a los graves problemas estructurales del Instituto Hondureño de Seguridad Social, sumamente complejos y agravados por la intromisión de los Gobiernos en el manejo de la institución, de sus recursos y de su utilización, por muchos años, como agencia de colocación para la clientela política de todos los colores.
Sacado de la manga llegó al Congreso el anteproyecto de decreto que puede dar vida al Plan para la Promoción Solidaria y el Auxilio Recíproco (Prosolidar). Nos recuerda otra situación en la que la urgencia de votos lanzó estatutos profesionales porque sin ellos “no hubiésemos ganado”. Expresión que nos recuerda otra: “París bien vale una misa”.
Solidarios tenemos que ser, pero cada uno con sus posibilidades, con sus dotes y recursos materiales. Más allá de ello habrá quien se interne voluntariamente o por “destino” en el camino del heroísmo, pero de estos hay pocos.
En principio habrá que considerar quiénes sostienen el sistema de atención médica y hospitalaria, las incapacidades y las pensiones. Como quien dice, los que cotizan mensualmente son los derechohabientes, y son ellos los que debieran trazar la ruta por medio de la dirección y directiva, no pocas veces en colusión con el Gobierno y ciegos ante el drenaje de recursos por el poder o por la corrupción.
Aparte de la situación interna, el Poder Ejecutivo considera que la pandemia no golpea y golpeará los recursos por la baja de ingresos y por la inversión o gastos para atender a pacientes con el virus. El cierre de empresas, el aumento del desempleo y la caída de ingresos se refleja claramente en las arcas del IHSS, no solo por la desaparición de centros laborales, sino por el aumento en la morosidad. Y el medio quebrado Gobierno anuncia la creación de un fideicomiso cuando no tiene para honrar sueldos y deudas. ¡Quién le va a creer! Empresarios y trabajadores, aportantes y sostenedores del sistema, deben levantar por ahora bandera única con el inflexible eslogan de “no pasará”, que despojado de ideología y política sectaria una el esfuerzo de los verdaderamente solidarios con sus propios recursos para defender y mejorar una incluyente seguridad social en progresiva ampliación y mejoramiento.