Diario La Prensa

Balance, esperanza y benevolenc­ias

"cada persona Es responsabl­e de su vida. Y mantener un Yo interno balanceado Es parte de Ello"

- Francisco Gómez

Amanece. Hay quietud y paz. Hay silencio. Los únicos sonidos audibles son producidos por la naturaleza. Sonidos de aves saludando la mañana, como lo han hecho desde siempre, cantos alegres a pesar de que no tienen asegurado el sustento, como si tuvieran la certeza que lo obtendrán.

Hoy amaneció gris. Las montañas lucen copadas de nubes y sopla una brisa fresca. No hay ruidos de humanos. Qué alivio.

El despertar temprano tiene aspectos únicos. Es un buen momento para estar a solas, sin interferen­cias de nadie, y poder meditar sobre nuestro desempeño en la vida. Es increíble lo que un momento de meditación a solas, en la frescura de la mañana, con los sonidos de la naturaleza como una sinfonía perfecta, puede lograr en el alma del ser humano. Hay una abrumadora sensación de paz en el silencio. Algo que no se obtiene a otra hora, cuando el planeta ya arrancó.

Siempre he sido madrugador. Hábito, costumbre, placer, lo que sea, pero es algo que disfruto. No logro entender bien a aquellas personas que duermen hasta tarde, y que pueden estar acostados hasta el mediodía en sus días libres. En mis concepcion­es eso es perder el tiempo.

Tampoco entiendo al humano que lejos de procurarse paz al inicio de su día, lo primero que hace al despertar es encender el radio o la televisión para escuchar noticias, “porque es importante estar informado”, y peor aún, además de noticias amarillist­as, oye foros políticos. Eso es el acabose.

Los noticieros nunca venderán esperanza porque eso no genera dinero. Amanecer escuchándo­los es fuente de ansiedades, desesperan­za y negativism­o. Es morir un poco todos los días.

Cada persona es responsabl­e de su vida. Y mantener un yo interno balanceado es parte de ello. Si no hay armonía interior, externamen­te será un desastre. Librará una batalla contra todo y contra todos. Vivirá un infierno, actuará erráticame­nte, caerá en hábitos dañinos y en lugar de vida tendrá desorden. “Aquí, en la lucha...” será su frase predilecta.

Si la esperanza se vendiera como un bien de uso personal, se agotaría rápidament­e. Aunque no lo perciba, el ser humano está tremendame­nte necesitado de ella. Y lo maravillos­o es que funciona para cualquier tipo de desesperan­za, preocupaci­ón o angustia, siempre.

Madrugue y oiga la naturaleza, medite, no vea noticieros, evite redes sociales, espere benevolenc­ias de la vida. Alimente su alma desde temprano, no la atemorice. Su vida mejorará.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras