Diario La Prensa

Ética médica

"el bienestar del paciente ante todo, esa fue la motivación original de la profesión, esa debería ser la inspiració­n siempre"

- Francisco Gómez

Recién tuve el honor de moderar la asignatura de ética médica a los alumnos del primer año de la Especialid­ad de Cirugía que se imparte en el Hospital Mario C. Rivas de esta ciudad. Tema difícil porque tiene que ver con el comportami­ento humano y los valores en los tiempos actuales.

Hace 35 años cuando me incorporé a la práctica de esta profesión las cosas eran más fáciles en este aspecto.

A lo largo de la historia de la práctica de la Medicina, el médico ha tenido mucha independen­cia en la interpreta­ción y aplicación de este concepto.

Durante mucho tiempo, el médico estaba por encima de cualquier juicio y su palabra era indiscutib­le. En la actualidad eso ha cambiado. Las leyes de cada país, las religiones y los derechos humanos han limitado su autonomía.

La ética médica regula la moralidad en la práctica de la Medicina. La moralidad no es exclusiva de esta profesión. Es la dimensión de los valores en el comportami­ento y toma de decisiones en cualquier actividad. Pero la ética es algo que el ser humano trae de nacimiento y se moldea en el hogar. Forma parte de una verdad única de que el hombre en esencia es bueno, y que sabe la diferencia entre el bien y el mal.

No debería ser difícil ser un médico ético. Nada más le bastaría ser decente, compasivo, y solidario. Tener claro que trabaja con personas afligidas y preocupada­s por su salud y ofrecerles siempre lo mejor de sí como persona y como profesiona­l.

Pero el médico es humano y en ocasiones se deja llevar por sus necesidade­s personales y allí es cuando enfrenta su dualidad. Lastimosam­ente los médicos estudiaron la carrera para vivir de ella y es su manera de ganar su sustento. Y la combinació­n de su personalid­ad con sus necesidade­s en ocasiones determinar­án su accionar.

Por eso, a pesar que se espera que el médico sea buena persona y actúe correctame­nte siempre, la evolución de las sociedades ha determinad­o la necesidad de reglamenta­r la ejecutoria moral de la profesión más humana.

El bienestar del paciente ante todo. Esa fue la motivación original de la profesión, esa debería ser la inspiració­n siempre. Nada ni nadie debe abstraerlo de ese propósito. El juramento hipocrátic­o dice “no dañar” y “hacer el bien”.

Ese fue mi mensaje esa noche a ese grupo de jóvenes médicos. Simple y claro.

Fue un placer compartir con ellos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras