Diario La Prensa

Apoyo Absoluto

Tras el paso de Eta, la ayuda extendida que a los buenos amigos les tocará, además de su socorro, es encaminar a sus seres queridos afectados hacia la resilienci­a.

- Cinthya Ortiz amiga@laprensa.hn

Decirle “todo va a estar bien” a alguien que lo ha perdido todo por culpa de la tormenta tropical Eta resulta tan insuficien­te como vacío.

El todo para ellos es haber pedido el menaje primordial de su casa e incluso su automóvil. Otros perdieron incluso el único techo que los albergaba. Y también está el otro tipo de damnificad­o a causa de Eta, el que perdió no solo lo material, sino también lo que no tiene precio: un hijo, sus padres o abuelos.

No, no existen palabras que den consuelo a nadie en dichas circunstan­cias; pero a muchos nos ha tocado decir con el corazón lleno de buenas intencione­s a

un familiar, amigo o compa ñero de trabajo: “todo va a estar bien”.

Simplement­e, no estamos preparados para dar ánimos ante el dolor ajeno y encontrar las palabras adecuadas para consolar y expresar a la vez nuestra pena por su pérdida. Las secuelas de Eta en las vidas de tantas personas van a dejar profundas heridas, por eso es muy importante que el círculo de personas que está cerca de ellos sepan brindarle más allá de un donativo monetario o en víveres el apoyo afectivo y emocional, que, sin duda, necesitará­n a partir de ahora.

“Estamos viendo que los seres humanos por naturaleza somos buenos, solidarios. La gracia de Dios está en nosotros”, afirma Claudia Zablah, life coach certificad­a.

“La mejor forma de alentar a las personas es ayudarles a ver esta situación como una nueva oportunida­d de vida, un nuevo renacer, un nuevo construir”.

El “todo va a estar bien” es una frase muy vacía. No reconforta, qué fácil decirlo para quien está en su casa, pero para el que está afuera viendo a sus hijos durmiendo en el piso no lo es”, opina Zablah.

Una persona afectada por Eta lo primero que piensa es: “¿cómo saldré de esto? Lo ideal es decir: “esta es la hora de levantarte y no estás solo. Estoy contigo”.

El no sentirse solo ante la adversidad es fundamenta­l en el ser humano, da esperanza. Si bien lo ocurrido ha sido una gran sacudida para el país, nos ha ayudado a despertar muchas cosas en la comunidad, como ser la empatía y la solidarida­d. Ahora toca trabajar en la resilienci­a.

“Por naturaleza, nosotros estamos diseñados para superar obstáculos. Ya lo traemos en nuestro sistema, el buscar una manera. Si lo analizas, siempre que a nosotros nos pasa algo malo o sales de tu zona de confort obtienes el doble de lo que tenías”. Debemos ahora transmitir pensamient­os de esperanza y positivism­o. Hacer valer que a pesar de las pérdidas materiales quien sobrevivió rescató lo más valioso, su vida y la de su familia.

“La mejor forma de alentar a las personas es ayudarles a ver esta situación como una nueva oportunida­d de vida, un nuevo renacer, un nuevo construir” Claudia Zablah Life Coach

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