Reconstrucción y prevención
Luego del desasosiego y desolación que nos dejaron las feroces tormentas Eta y Iota en la zona norte, del infame recuento por todo el daño que causaron y de las muestras de enorme heroísmo y solidaridad, ha llegado el momento de volver a demostrar fuerza y coraje en el camino a una nueva reconstrucción.
A esta región, la más afectada por las inundaciones, de nuevo le toca levantarse. No hay tiempo de bajar los brazos, ni hundirse en lamentaciones, porque esta es la zona más productiva del país, la que genera el 60% del producto interno bruto en Honduras. Y aunque aquí estamos de nuevo, viendo el desastre de lo destruido, debemos sacar fuerzas y ser capaces de salir adelante. Para tener una ruta hacia esa reconstrucción, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) trabaja en un informe de daños que medirá el impacto, mientras el Gobierno ya procedió a nombrar un consejo consultivo que asegura trabajará “bajo el criterio de independencia” y con apertura para los sectores de la sociedad que quieran contribuir. Sus miembros han dejado claro que “no administrarán fondos ni proyectos”, tampoco harán contrataciones ni harán asignaciones financieras, solamente apoyarán creando una propuesta que ayude para la obtención de recursos financieros por los efectos provocados por los fenómenos naturales. Esa propuesta se enfocará en los daños en vivienda, recuperación de la infraestructura, agua y saneamiento en las zonas más afectadas. También atenderá la producción en sectores como el café, caña de azúcar, palma, arroz, banano y cítricos que fueron arrasados.
Pero este consejo, igual, debe asegurarse de que se actúe con urgencia en la prevención, que se aligere la concesión y construcción de las represas de El Tablón, Jicatuyo y Los Llanitos, necesarias para evitar otra catástrofe sobre esta zona. Promover finalmente estas obras que se han ido postergando por falta de diligencia de Gobiernos, desde los años 80 —tras la destrucción del huracán Fifí en 1974—, y por intereses que siempre han influido en los proyectos energéticos.
Cuarenta años tarde, pero asegurémonos que la zona más productiva de Honduras sea protegida de catástrofes como Fifí, Mitch, Eta y ahora Iota. Trabajemos en la reconstrucción; pero también es urgente invertir lo necesario en la prevención.