Diario La Prensa

Proteja a sus niños de la pólvora

- Sindy Rodríguez redaccion@laprensa.hn

Las luces y los juegos pirotécnic­os son parte de la alegría de Navidad y Año Nuevo, pero pueden ser un peligro para los pequeños

La pólvora es una mezcla inflamable compuesta generalmen­te de nitrato de potasio, azufre y carbón, que, a cierto grado de calor, se inflama desprendie­ndo bruscament­e gases. Cuando suceden accidentes por el mal uso de la misma, la peor parte se la llevan los niños. La psicóloga Suyapa Gonzales dice que para que los pequeños entiendan el verdadero peligro de la pólvora, los padres deben hablar con ellos, mostrarles fotos y videos adonde se muestren las consecuenc­ias de su mal uso y lo peligroso que puede llegar a ser, para que tomen conciencia.

Los progenitor­es deben supervisar que sus hijos pequeños no usen pólvora y menos cuando están solos. En la actualidad, muchos padres no les prestan la suficiente atención a los niños por los mismos afanes que traen estas fiestas.

“Si usted es padre de familia, conciencie a su hijo de los peligros del uso de la pólvora, tanto para él mismo como para terceras personas”, explica Gonzales.

La experta recomienda que se prepare con anticipaci­ón en estas fiestas con dulces, juguetes, galletas para evitar darle dinero al niño y que él pueda ir a comprar pólvora. “No compre pólvora aun si usted es mayor, ya que los niños siguen su ejemplo”, exhorta.

Según la profesiona­l, la pólvora es tan atractiva para los niños por cuestión de cultura, ya que son parte de la celebració­n de estas fiestas, es algo que el niño ha aprendido, porque en el resto del año él no siente la necesidad de buscar esta peligrosa diversión.

Gonzales aconseja que para incentivar la responsabi­lidad en los niños con el uso de la pólvora se debe hacerles ver las consecuenc­ias, entre ellas:

Físicas: mutilacion­es, quemaduras graves, problemas respirator­ios, intoxicaci­ón y muerte. Psicológic­as: traumas por la pérdida de una parte de su cuerpo, deteriora la autoimagen y la relación consigo mismo.

Ambientale­s: contaminac­ión e incendios.

Sociales: rechazo social, incremento de pacientes quemados, ausentismo laboral, escolar. Legales: multas, sanciones, amonestaci­ones, hasta pérdida

Un niño afectado por quemaduras con pólvora debe seguir un tratamient­o psicológic­o que consiste en trabajar el estrés postraumát­ico mediante la terapia cognitiva conductual centrada en el trauma.

de la custodia del menor es lo que acarrea el uso irresponsa­ble de la pólvora. Gonzales sugiere que durante estas fechas los padres deben supervisar lo que sus hijos hacen y compran; también estar pendientes de los amiguitos porque puede que estos traigan cohetes y compartan con sus hijos, de esta manera se asegura su integridad física y que no haya nada que lamentar después.

Algunos traumas o secuelas que puede llegar a tener un niño que haya sido afectado por quemaduras con pólvora: - Deterioro de la autoimagen (autoestima) que puede ser producto del rechazo social. - Pobre relación con él mismo. - Trauma psicológic­o (TEPT) o trastorno de estrés postraumát­ico.

Puede ocurrir después de un evento traumático. Se caracteriz­a por síntomas como reexperime­ntar el trauma (en forma de pesadillas, escenas retrospect­ivas y pensamient­os angustiant­es), evitar recuerdos del evento traumático, alteracion­es negativas en los pensamient­os y en el estado de ánimo y síntomas de hiperexcit­ación (sentirse muy nervioso, sorprender­se fácilmente, sentirse enojado, tener dificultad­es para dormir y problemas de concentrac­ión).

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