Propósitos del país 2021
"debemos aceptar que una verdad anida en cada persona y no tiene que ser igual a la nuestra. eso se llama tolerancia".
Nuestra querida gran nación está pasando uno de sus peores momentos. Décadas de maltrato están pasando factura. Es como un barco naufragando, todos queriendo sobrevivir y en el proceso aplastando a quien sea.
Estos pudieran ser propósitos de país para el nuevo año:
Unidad. Necesitamos líderes que hablen el mismo lenguaje, que confíen en el mismo futuro y que su mensaje sea de paz, armonía y comunión.
Nula confrontación por política entre el pueblo. Trabajemos, a la mayoría la política no nos pone comida en la mesa.
El término sociedad es un cliché que acentúa la división de clases. Ya no lo usemos como sinónimo de categoría.
La responsabilidad social empresarial no debe ser solo una frase bonita. Debe representar compromiso real.
Los políticos deben dejar la retórica de la descalificación, el odio, el recelo, y el populismo. El servicio público es una vocación.
Los medios de comunicación deben ser luz en la oscuridad y no confundir más al país. Deben ser veraces y no torcer la información. Influyen en el estado de ánimo del pueblo según lo que informan, como lo informan, que pasión le dan. Deben ser ejemplo de modales, de vocabulario, de apariencia personal, y de profesionalismo.
Los maestros deben retomar del pasado la forma de serlo. Pausados, callados, respetuosos, de buenos modales, celosos de su vida privada. Su voz era autoridad y sus decisiones inapelables. Eran maestros, educadores, guías, ejemplos. Irradiaban decencia.
Las iglesias deben retomar su labor de guiar rebaños dando el ejemplo que predican. Deben interpretar que la búsqueda de Dios es un derecho de las personas, y que no existe una religión mejor que otra si el fin es el mismo.
Las personas deben vivir en armonía con ellas mismas. Si a lo interior no están cómodos o rechazan lo que son, externamente serán violentos y conflictivos.
Debemos aceptar que una verdad anida en cada persona y no tiene que ser igual a la nuestra. Eso se llama tolerancia.
Este país necesita que tengamos visión de profundidad y periférica, no solo ver lo que tenemos frente a las narices. Necesitamos unión de sueños y objetivos. Si cada uno de los nueve millones de hondureños halan cada quien por su lado el país no encontrará un camino común, y seguiremos es esta lucha encarnizada y estúpida.
Y ante todo necesitamos despojarnos de la máscara de sabelotodos y perdonavidas que vestimos soberbiamente todos los días, porque eso es lo que más nos divide.
Bienvenido 2021.