Lodo, plástico y vergüenza
Recientemente tuve la desdicha de transitar por la carretera que conduce de San Pedro Sula a La Ceiba. Desdicha por lo que vi con las condiciones de los damnificados del los huracanes Eta y Iota que han ocupado la mediana e inclusive uno de los carriles de dicha vía en el tramo La Lima-el Progreso.
Miles de personas en condiciones inhumanas, abandonadas a su suerte, desprotegidas, viviendo por necesidad en tiendas de plástico, cartón, de lo que sea para improvisar un lugar que pueda llamarse vivienda.
Es indiscutible que muchas personas particulares y organizaciones se volcaron en ayuda inicialmente.
Pero pasado el momento del impacto emocional inmediato ahora están en el abandono esperando que el gobierno les resuelva ubicándolos en otros lugares o que los niveles de agua en sus lugares de origen bajen para volver a sus hogares destrozados y reiniciar sus vidas en esas zonas devastadas.
A nivel mundial se ha demostrado que el impacto de ayuda económica directa a los damnificados en las crisis de ayuda humanitaria ha tenido mejores resultados que cualquier otro tipo de ayuda. Con dinero en mano tienden a solucionar más rápido sus problemas inmediatos y les permite reincorporarse más rápido a sus vidas.
Por razones culturales los hondureños somos dados a que nos solucionen todo. Pero lo que se vive allí no es de mentiras. Allí hay miseria, hay insalubridad, hay hacinamiento, hay impotencia. Allí está la vergüenza de un país que pasado un mes se olvidó de ellos.
Debe haber una mejor manera, más efectiva, de ayudarlos. No es solo darles comida y ropa. No se pueden dejar a la deriva en esa carretera. En esas tiendas de plástico y cartón.
Cualquier cosa que hayamos hecho hasta el momento no ha sido suficiente. Nada ha solucionado un ápice de esa crisis. Han sido esfuerzos mal orientados y algunos casos quizás más mediáticos que otra cosa. No es decente, ni correcto, ni humano que seamos tan indiferentes a ese drama. Que pasemos con los vidrios subidos tratando de no ver hacia los lados. Es penoso.
Como país deberíamos ser mejor que eso. Y solo cuando lo conceptualicemos, estaremos en el camino de ofrecer una ayuda que realmente cause impacto en ese pavimento.
Nunca más debe suceder algo así en nuestro país. Debemos prevenir porque cada año habrá más huracanes. El planeta se está renovando, el cambio climático es una muestra.
Sí, fue una desdicha pasar por allí ese día. Demasiada penuria. Sentí vergüenza de mi comodidad.
“cualquier cosa que hayamos hecho hasta El momento no ha sido suficiente”