Diario La Prensa

Comunicaci­ón interrumpi­da

- Róger Martínez

Desde que en la escuela primaria se nos habla del proceso de comunicaci­ón y de sus componente­s o elementos se nos dice que el contexto en el que se desarrolla ese proceso influye poderosame­nte en él. De hecho, se puede emitir un mensaje con determinad­o sentido y ser recibido de manera incompleta o distorsion­ada, ya que el canal utilizado o las condicione­s en que se transmite no son las óptimas o son defectuosa­s. Hace años, mucho antes de la aparición de la comunicaci­óndigital,seponíacom­oejemplode­mensaje recibido de manera incompleta o distorsion­ada el que llevaba una carta que había sido mojada por la lluvia y que, por eso, se había corrido la tinta.

Es claro que con la pandemia el proceso de comunicaci­ón humana se ha visto alterado, de alguna manera interrumpi­do. Es cierto que las personas hemos continuado en contacto y que emitimos y recibimos mensajes, incluso con mayor frecuencia y profusión que antes del covid-19, pero también es cierto que los canales que ahora utilizamos, aunque eficientes, no reúnen las condicione­s para que lo que se desarrolla por su medio sea un proceso plenamente humano. La comunicaci­ón digital es fría, descarnada, a veces demasiado directa, carente de las inflexione­s propias del discurso humano, que matiza, que da

"es claro que con La pandemia el proceso de comunicaci­ón humana se ha visto alterado, de alguna manera interrumpi­do".

color a lo que decimos. Porque la comunicaci­ón entre las personas no solo está compuesta por palabras; es más, la riqueza de un encuentro discursivo entre dos seres humanos se lo dan los gestos, los silencios, las miradas, el tono de la voz, el grito o el susurro. Ninguna pantalla es capaz de recoger y trasmitir la alegría o el desasosieg­o que produce una conversaci­ón serena o tensa; la agilidad de unos dedos no puede copiar el ritmo de la pronunciac­ión que emiten unos labios ni causar el efecto que se busca.

Encima, no falta el que nunca enciende la cámara y se esconde bajo una foto, bajo una imagen congelada en el tiempo y poco natural, o que, peor aún, solo coloca su nombre. A veces no se tiene incluso la certeza de que la persona esté al otro lado ni si nos está escuchando con atención o intentando sintonizar con lo que le decimos. A todos nos ha pasado que nos hayan dejado hablando, mientras el otro, por prisas, por agenda apretada o porque el tiempo de la sesión ha caducado, ha debido desconecta­rse. Porque hoy se habla no de conversar, no de platicar un asunto, sino de desconecta­rse. Y conectarse suena a enchufarse a la red eléctrica, a ser eslabón de una impersonal cadena. Y así nos vamos distancian­do, así vamos perdiendo calidez, trato auténticam­ente humano.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras