Un ideal de peso
Si hay un aspecto que caracterizó nuestra juventud en los años 70 fue abundancia de ejercicio físico y buena alimentación. En ese tiempo no existían teléfonos celulares ni redes sociales. Los programas para jóvenes en la televisión eran pocos. No había cable ni Internet. Nuestro tiempo libre estaba destinado a juegos que implicaban mucho ejercicio físico.
Hacíamos tres tiempos de comida en nuestras casas. Los restaurantes eran pocos y generalmente reservados a los adultos. Las gaseosas eran para ocasiones muy especiales, se tomaba agua o refrescos verdaderamente naturales. En los colegios la generalidad de los estudiantes eran delgados, y los obesos eran muy pocos, tanto que sobresalían y eran objeto de burlas constantes.
En la actualidad ocurre lo opuesto. Los jóvenes viven en completo sedentarismo, idiotizados al frente de una pantalla de celular, tableta o juegos de video, y la gran mayoría sufriendo de obesidad desde temprana edad.
Según la OMS, en 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad, y más de 1,900 millones de adultos tenían sobrepeso, 650 millones de ellos eran obesos. En 2030 será la segunda causa de muerte en América Latina.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Y esto es producido por un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. Mucha mala comida y poco ejercicio. Carbohidratos refinados, azúcares en abundancia, grasas recicladas.
Promociones a cual más atractivas de comida chatarra. Exaltaciones de la cocina criolla como la baleada con “todo” y el “pollo chuco”, han venido a degenerar más el gusto por lo dañino. La gula se posicionó como adicción.
Así que ante esta innumerable cantidad de ofertas de comidas, el humano debate su voluntad, se hunde en sobrepeso y asegura una muerte a temprana edad.
Las comidas rápidas y los couriers que entregan a domicilio han sido el acabose. Una llamada y comida lista, de mala calidad en la puerta de la casa. La relación estatura-peso se inclina hacia la derecha. Cada día el ser humano ocupa más espacio a base de más grasa corporal.
En las escuelas de ahora los niños delgados son cada vez menos. La mayoría son gorditos, comen frituras, dulces y harinas en abundancia, rechazan frutas y vegetales, viven apoltronados en sillas y allí estudian, comen y juegan. El ejercicio físico los ofende.
El reinado de la obesidad está en su apogeo y nadie quiere percatarse. Es desconcertante el humano.
“los jóvenes viven en completo sedentarismo, idiotizados al frente de una pantalla de celular, tableta o juegos de video”