Nicaragua, a una dictadura familiar
La columna de Andrés Oppenheimer
La escalada de la represión política en Nicaragua ha alcanzado niveles que no se han visto en ningún país latinoamericano, excepto Cuba, en muchas décadas. Es tan masiva que hay que preguntarse si el gobernante de Nicaragua, Daniel Ortega, está preparando el escenario para una dictadura familiar hereditaria de largo plazo.
La opinión entre muchos funcionarios de EE UU es que la reciente ola de arrestos de los principales precandidatos presidenciales opositores de Nicaragua tiene como objetivo asegurar que la sucesora de Ortega, su esposa y todopoderosa vicepresidenta Rosario Murillo, pueda gobernar a sus anchas el día que el actual presidente se retire. Algunos funcionarios se refieren a la escalada de arrestos como “la redada de Murillo”.
Según esta línea de pensamiento, Ortega, 75, quien ha tenido al menos dos ataques cardíacos y a menudo desaparece de la escena pública, podría estar temiendo un mal resultado en las elecciones del 7 de noviembre. Incluso una estrecha victoria de Ortega podría debilitar su gobierno y dejar a su sucesora,murillo,expuestaaseracusadaenelfuturopor la represión de 2018 que dejó al menos 320 muertos. La pareja presidencial tiene nueve hijos, ocho de los cuales tienen el rango de asesores presidenciales y están en los negocios familiares, según el diario español El País.
En un probable esfuerzo por garantizar la permanencia indefinida de su régimen, Ortega arrestó a prácticamente todas las principales figuras opositoras mediante una ley que permite declarar a ciudadanos como “terroristas” o “traidores a la patria” y prohibirles presentarse a cargos públicos.
La precandidata presidencial Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, fue arrestada el 2 de junio. Días después, la policía arrestó a los precandidatos Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Arturo Cruz, así como a exfuncionarios sandinistas que se han vuelto críticos del autoritarismo de Ortega. “En 30 años de monitorear los derechos humanos en la región, nunca he visto un caso similar, donde se arrestan de un tirón a todos los principales líderes democráticos opositores,” me dijo José Miguel Vivanco, director del departamento de las Américas de Human Rights Watch. “Ni (Nicolás) Maduro en Venezuela se ha animado a hacer una razzia de todos los candidatos opositores de una vez”.
Carlos Fernando Chamorro, el periodista independiente más conocido de Nicaragua y hermano de la precandidata arrestada Cristiana Chamorro, me dijo que Murillo juega “un papel fundamental” en todas las decisiones de Ortega, incluidas las detenciones de la oposición.
Murillo tiene tanto poder que el secretario de Estado de EE UU, Anthony Blinken, se refirió al gobierno de Nicaragua en una declaración del 16 de junio como “el régimen Ortega-murillo”. Blinken aplaudió la resolución de la OEA que condenó a Nicaragua por los recientes arrestos, y que fue aprobada con 26 países, con cinco abstenciones, incluidas México y Argentina, y los votos en contra de Nicaragua, Bolivia y San Vicente.
Elcomitéderelacionesexterioresdelsenadode Estados Unidos tiene previsto votar en los próximos días un proyecto de ley bipartidista que exige sanciones adicionales a altos funcionarios nicaragüenses y requiere que las agencias de inteligencia recaben información sobre la corrupción de la familia Ortega. Además, el proyecto de ley pediría que reevaluar la participación de Nicaragua en el acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y Centroamérica.
Pero quizás la forma más efectiva de presionar a Ortega, además de amenazar con exponer su corrupción, sería colocar a los principales funcionarios nicaragüenses acusados de abusos a los derechos humanos en listas internacionales de prohibición de vuelos, generalmente reservadas para sospechosos de terrorismo. Eso haría que los violadoresalosderechoshumanosnopudieransalir del país por vía aérea. Salvo una creciente presión internacional, Nicaragua se convertirá en una nueva Cuba: un país sin ni siquiera una fachada de un sistema multipartidista, gobernado por una dictadura familiar hereditaria.
“Nicaragua tiene como objetivo asegurar que la sucesora de ortega, su esposa y todopoderosa vicepresidenta rosario murillo, pueda gobernar a sus anchas el día que el actual presidente se retire”