Diario La Prensa

Wilmer Ruiz, un mecánico ejemplo de perseveran­cia y superación

Perdió su pierna izquierda en un accidente cuando tenía siete años, pero no permitió que eso lo limitara y hace once años logró abrir su taller en San Pedro Sula

- Jacqueline Molina denia.molina@laprensa.hn

SAN PEDRO SULA. En el recorrido de este ajetreado camino llamado vida se llega a conocer historias excepciona­les, que invitan a hacer una pausa en el correr diario, reflexiona­r sobre lo que realmente importa y que resultan inspirador­as para quienes a diario luchan por cumplir sus sueños. Historias como la de Wilmer Ruiz, un hondureño de 43 años, que pese a haber perdido su pierna izquierda cuando apenas tenía siete años, ha demostrado que ningún obstáculo es tan grande cuando se quiere salir adelante. Con una sonrisa en su rostro y la amabilidad que lo caracteriz­a, don Will, como lo llaman sus clientes, abrió las puertas de su taller para compartir su historia con Diario LA PRENSA. Originario de Tocoa, Colón, Ruiz llegó a la comunidad de El Escaño de Tepale, en el departamen­to de Francisco Morazán, cuando tenía cinco años.

A esa edad, Wilmer ya trabajaba en la agricultur­a al lado de su padre para sostener a su familia por la limitación de recursos. Al cum- plir los siete años tuvo que dividir su tiempo entre la escuela y las arduas faenas del campo. Sin embargo, una de esas tardes en las que iba a ayudar a los agricultor­es locales, tuvo un accidente que cambió su vida para siempre.

WILMER RUIZ

Hechos. Ruiz relató que regresaba a casa en la parte trasera de un tractor, luego de hacer una entrega, pero cuando este comenzó a subir una pendiente, tuvo miedo de caerse, por lo que le gritó al conductor que se detuviera para bajarse. Sin embargo, al notar que no lo escuchaba, decidió saltar, sin imaginarse que su pierna quedaría atrapada en la máquina. Wilmer contó que llegó a su casa na y me colocaron otro yeso”, narró Ruiz.

Un mes después, cuando el doctor estaba retirando el segundo yeso, se sorprendió al ver que pedazos de su piel se habían adherido a él , dejando al descubiert­o parte de sus huesos.

El galeno diagnostic­ó gangrena e informó a los padres del entonces niño que la única forma de evitar que avanzara era amputándol­e la pierna.

Al principio su padre no estaba de acuerdo, ya que el niño lloraba al pensar que no volvería a jugar fútbol o ir a trabajar, pero su madre no estaba dispuesta a perder a su hijo por lo que autorizó la intervenci­ón quirúrgica. Cuando despertó de su operación, Wilmer aún sentía que sus dedos se movían, pero solo se trataba del síndrome del miembro fantasma, pues al levantar la sabana, descubrió que ya no tenía su pierna y se desmayó. Después del lamentable hecho, la familia se mudó a la Capital Industrial, pero durante los primeros

Mecánico

meses Ruiz no quería salir de su cuarto y entró en depresión. En un intento por ayudar a su hijo, Amparo Trejo, madre de Wilmer, decidió llevarlo al parque para mostrarle como dos personas con discapacid­ad trabajaban a diario para llevar comida a sus familias. Esa escena hizo eco en la mente de aquel niño y provocó que su forma de pensar cambiara. Al volver a la escuela fue víctima de bullying en varias ocasiones, pero no dejó que eso lo frenara. Tras terminar sexto grado, comenzó a interesars­e por la mecánica. En ese tiempo su papá ya tenía un taller, y aunque en un principio era escéptico, aceptó enseñarle su oficio.

Con los años, Wilmer se especializ­ó en reparar el sistema de dirección de los vehículos en el taller de su padre y justo en ese lugar conoció al amor de su vida. El hombre reveló que nunca imaginó llegar a tener pareja, pero ahora está agradecido porque Dios le envió a una mujer idónea, con la que lleva 25 años de matrimonio y procreó tres hijos. Hace 11 años se aventuró a emprender y con financiami­ento bancario logró abrir su propio taller “Autopuntas Will”, ubicado en el segundo anillo periférico, frente a la iglesia La Luz del Mundo, donde ofrece los servicios de reparación de flechas, tijeras, amortiguad­ores y suspensión. Ruiz manifiesta que a pesar de las dificultad­es que ha pasado en su vida, se siente agradecido y orgulloso de lo que ha logrado, por lo que motiva a las personas a que nunca se den por vencidas y luchen por cumplir sus sueños.

 ?? ??
 ?? FOTOS: FRANKLYN MUÑOZ. ?? Wilmer Ruiz perdió su pierna izquierda cuando tenía siete años, pero no permitió que eso lo limitara. Aprendió a reparar el sistema de dirección de los vehículos y ahora tiene su propio taller en el segundo anillo periférico, frente a la iglesia Luz del Mundo, donde trabaja con su hijo mayor. Sus clientes quedan sorprendid­os al ver la agilidad con la que hace su trabajo.
FOTOS: FRANKLYN MUÑOZ. Wilmer Ruiz perdió su pierna izquierda cuando tenía siete años, pero no permitió que eso lo limitara. Aprendió a reparar el sistema de dirección de los vehículos y ahora tiene su propio taller en el segundo anillo periférico, frente a la iglesia Luz del Mundo, donde trabaja con su hijo mayor. Sus clientes quedan sorprendid­os al ver la agilidad con la que hace su trabajo.
 ?? ??
 ?? ?? VIDEO Escanea este código con tu “smartphone” y mira el video
VIDEO Escanea este código con tu “smartphone” y mira el video

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras