Crecimiento económico será entre 3.0% y 3.5%, según Banco Central

La inflación, que el año pasado cerró en 9.80%, caerá a 5.9% a finales de este año, estima la presidenta del BCH, Rebeca Santos

TEGUCIGALPA. El Banco Central de Honduras (BCH) estima que al cierre de 2023, el país registrará un crecimiento económico de entre 3.0 y 3.5%.

El BCH toma como referencia la desaceleración del consumo interno y los ajustes a la baja en los precios de los principales productos de exportación de Honduras.

Esa es la proyección del organismo en cuanto a la variación porcentual del producto interno bruto (PIB). Los referidos comportamientos “serían atenuados por la mayor inversión pública, los efectos del nearshoring (tendencia que busca relocalizar los procesos productivos) en la industria maquiladora y el crecimiento del envío de las remesas familiares que sostienen el consumo privado”, según la estimación de las principales variables macroeconómicas del ente rector de las políticas monetaria, cambiaria y crediticia de la nación.

“Si bien es cierto que el crecimiento se desacelerará en todo el planeta, Honduras mantendrá crecimientos cercanos al 3.5%, que son significativos; aspiramos

A 25.22 lempiras por un dólar habría llegado el tipo de cambio el año pasado sin las medidas que aplicó el BCH. El cambio oficial está en 24.5636 lempiras por un dólar.

Accede

a mantener una sólida posición externa con nuestras reservas internacionales”, declaró la presidenta del BCH, Rebeca Santos.

A finales de 2022 el crecimiento en materia económica fue de un 4.0 a 4.5% y de conformidad con la revisión del Programa Monetario 2022-2023. Sin embargo,

Inflación. Aunque la inflación cerró en 9.80% el año pasado, caería a 5.9% durante 2023, pese a que las proyecciones oficiales de la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) es que se situaría en 5.63%.

Santos indicó que “la inflación estará todavía presionada por todos estos factores externos, pero será a niveles mucho menores de los que ya experimentamos en 2022”.

Entre los factores que influirán en este comportamiento sobresale una menor contribución del rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, argumenta el Banco Central.