EL PODER DEL JUEGO EN LA INFANCIA
Conozca los beneficios del juego en los más pequeños y la importancia de que los padres jueguen con ellos
REDACCIÓN. Baile, guitarra, natación, reforzamiento de matemáticas, inglés y computación. Los niños y niñas de hoy tienen muchísimas clases y actividades durante el día que los mantienen ocupados, pero, ¿tienen suficiente tiempo para jugar?
El juego es una actividad inherente del desarrollo infantil y el ejercicio lúdico, por el cual aprenden a conocer la vida. Es tal su importancia que hoy en día se reconoce como una de las herramientas más valiosas para el desarrollo integral de las personas.
En él, los menores trabajan capacidades esenciales de su desarrollo: físicas, emocionales, cognitivas y de lenguaje, además de favorecer a la inteligencia emocional y reforzar hábitos de aprendizaje y estudio. “El juego es una gama maravillosa de factores que ayudan a un desarrollo de personalidad integral y autorregulada”, dice la pedagoga Rosalba González. “Es la práctica por la cual le enseñas al niño a crecer, a regularse y ponerse límites, y no solo en relación con el otro, sino en relación a la convivencia con los demás, que luego se convierte en la relación de normas como no pasarte un alto, no tirar basura o respetar el lugar del otro”. Además de contribuir a hacer niños más felices y regulados, el juego equilibrado en las diferentes etapas infantiles es una oportunidad que les permite crecer y aprender a socializar, tener empatía, aceptar retos, superar la frustración, buscar la creatividad y más. Conozca los múltiples beneficios del juego en la infancia:
Lo más importante durante el juego es respetar el nivel de desarrollo de cada niño, sus preferencias y ritmo, subraya Susana Guerra. El desarrollo de las capacidades físicas les permite conocer su cuerpo y sus límites corporales.
Al trabajar todas las habilidades, los niños y niñas se convierten en potenciales alumnos de excelencia, capaces de aprender buenos hábitos de estudio y de convivir en un ambiente escolar de normas y reglas.
Además, al trabajar sus capacidades continuamente, es más fácil que se sientan preparados para recibir información nueva y generar un pensamiento reflexivo y crítico que les permita explorar y descubrir el mundo.
precaución.
Capacidades cognitivas. Comienzan en el nacimiento y no se detienen nunca. Incluyen desde la percepción, la atención, la memoria, el razonamiento y el lenguaje, entre otras, y ayudan a enfocar la realidad, al almacenamiento de información relevante, la organización, planificación y formas efectivas de expresión y comunicación.
El pequeño puede obtener estas capacidades a través de la comparación de objetos, la imaginación, el descubrimiento de nuevas texturas, ambientes y contextos.