¡Basta ya!
“Es momento de decir basta ya”, expresión de la coordinadora residente de las Naciones Unidas en nuestro país que muestra así su ira, no aplicable en términos diplomáticos, pero muy real como sentimiento humano ante la horrible y trágica cadena de asesinatos de mujeres que ubican a Honduras “con las más altas tasas de feminicidios en el mundo”, señala la diplomática internacional que promete en nombre de la ONU “seguir levantando la voz” para que se elimine “la violencia” contra mujeres y niñas.
No hay día de Dios en que no haya una mujer víctima de la violencia machista, anclada todavía en las primeras décadas del siglo pasado, de manera que, hasta macabramente se cuentan los asesinatos como el paso de los días coincidiendo y aun sobrepasando a estos últimos. Y va para largo, porque en muchos de estos casos la justicia no solo es tardía, sino que no llega y cuando lo hace el hipócrita sentimiento, en nombre de los derechos humanos, se vuelca en el criminal como si la víctima hubiese sido completamente anulada en el crimen y los familiares careciesen de derechos sin solidaridad muy justa en su llevadero dolor. Por lo que la diplomática internacional ha elevado su voz que no será respondida por la Cancillería, pues es tan claro que la inseguridad en su manifestación más violenta contra las mujeres que resulta absurdo, aun en el campo diplomático como se manejan a veces el canciller y sus allegados, cualquier otro alegato que no sea la exigencia de justicia y el fin del ambiente selvático en que sobreviven indefensas las mujeres.
En el caso de las tres jóvenes en Roatán es evidente con un dolor mucho más intenso puesto que el supuesto responsable “salió” hacia Estados Unidos en donde por mucho que sea el clamor para su detención y extradición es sumamente difícil por lo que será uno más amparado en la impunidad que tantos crímenes cubre. Y aquí está, sin duda, la clave para comprender la irracionalidad de estas situaciones. Escasea la prevención y es muy débil la represión por aquello de no ser acusado ante organismos internacionales, cuyos miembros se hallan cómodos y muy retribuidos en ellos sostenidos con las aportaciones de sus miembros, también de Honduras.
Pero digan lo que digan tenemos un ejemplo muy cercano de quien ha tomado “al toro por cuernos” y otro no tan cercano, pero muy reciente sacudido por la violencia de organizaciones criminales y que se ha visto obligado a declarar “conflicto armado interno”. La aplicación pronta de la justicia con respaldo de investigaciones inmediatas y decisiones prontas en los tribunales debe ser urgencia y prioridad inmediatas con “estrategias y políticas mucho más contundentes y fuertes”.