Dos grandes se fueron en tres días
El primer viernes de este nuevo año falleció Mario Lobo Zagallo, famoso porque integró la delantera que fue bicampeona con Brasil en 1958 y 1962. De niños la repetíamos de memoria Garrincha, Didí, Vavá, Pelé y Zagallo. Fue el más longevo de aquellos campeones mundiales que ya fallecieron. Me lo presentó en Santiago el 3 de octubre, 3 meses después de haberse coronado como técnico campeón mundial en México 1970, mi amigo de la infancia Paulo César Cajú, quien con 14 años de edad jugó potras conmigo y mis amigos en la colonia Palmira y en los barrios Morazán y Guadalupe de Tegucigalpa, además de debutar en el Olimpia de Honduras antes de que comenzara la Liga Nacional, cuando el club blanco era dirigido por su padre adoptivo Mariño Rodríguez de Oliveira.
Paulo tenía 20 años, había jugado cuatro partidos del mundial y yo en mi primer año de universidad en Chile tenía 17. Ambos fuimos a pedirle permiso a Zagallo para disfrutar de la noche sabatina previa al juego del domingo; Paulo le dijo que éramos amigos de Honduras, que se sentía mal de salud y que le permitiera no jugar al día siguiente, Zagallo le ordenó subir a dormir inmediatamente para recuperarse. Tuvimos que salir hasta el domingo en la noche después del triunfo 5-0 sobre Chile en un amistoso. Durante 20 años, Zagallo fue el único ser humano campeón mundial como futbolista y como entrenador, hasta que en 1990 lo igualó el alemán Franz Beckenbauer, técnico de los teutones en el mundial de Italia, quien había alzado la copa como capitán de la entonces Alemania Occidental en 1974. Quiso el destino que 3 días después de la muerte del brasileño, quien contaba 92 años de edad, encontrara la muerte también; pero a los 78 años, el futbolista más elegante para jugar que yo vi, apodado el Káiser Alemán. Fue apenas el lunes de esta semana. Franz fue el primer defensa de la historia que ganó 2 balones de oro, fue 3 veces campeón consecutivo de la Copa de Europa y una vez de la Eurocopa en 1972. Jugó con Pelé en 1976 y 1977 en el famoso y millonario equipo Cosmos de Nueva York. Lo entrevisté hace 38 años durante el sorteo para el campeonato mundial de 1986 en México, él contaba 40 años y venía de visitar a su hijo que tenía un negocio en Costa Rica. Hizo famoso el número 5 en su tercer y último campeonato mundial, cuando quedó campeón como futbolista después de dos subcampeonatos consecutivos; pero todos recordamos el número 4 con el que debutó a los 20 años en el mundial de 1966.