Arévalo asumirá el poder pese a ofensiva
La investidura de Arévalo ha creado expectativa por los intentos de la Fiscalía por evitar que gobierne. Corte dio luz verde para la toma de posesión tras amparos
CIUDAD DE GUATEMALA. El socialdemócrata Bernardo Arévalo debe asumir el domingo la Presidencia de Guatemala tras enfrentar una incesante arremetida judicial que atribuyó a su promesa de rescatar la frágil democracia guatemalteca de la élite corrupta que, según él, se aferra al poder.
Ayer, la máxima entidad judicial de Guatemala rechazó un nuevo intento por impedir la asunción de Arévalo, al rechazar tres peticiones de amparo por supuestas violaciones constitucionales. La Corte de Constitucionalidad rechazó los amparos interpuestos por el diputado y excandidato presidencial Lecsan Mérida y la derechista agrupación Liga Propatria en contra del Congreso. El ente recordó que el TSE ya oficializó y validó los resultados de los comicios de junio y agosto pasado, donde Arévalo salió victorioso.
Este exdiplomático y sociólogo de 65 años, que denunció esa ofensiva como un intento de “golpe de Estado”, será juramentado en un evento programado para las 14:00 hora local (20:00 GMT) de mañana en el Teatro Nacional, en una sesión solemne del Congreso, que le será adverso. Desde que pasó en junio al balotaje contra todo pronóstico, sorteó los intentos de la Fiscalía por levantar su inmunidad y anular el resultado electoral, pero deberá encarar la suspensión de su partido Semilla y el riesgo de que sus diputados tengan poco margen de maniobra. Respaldado por Estados Unidos, la Unión Europea, países latinoamericanos y organismos internacionales, Arévalo relevará al derechista Alejandro Giammattei, a quien sus seguidores acusan de aupar a la fiscal general Consuelo Porras, punta de lanza de la embestida judicial. La tarea le será inmensa. “Gobernará coexistiendo con la fiscal que lo ha atacado y afectado la democracia a niveles inimaginables”, afirmó Edie Cux, director de Acción Ciudadana, versión local de Transparencia Internacional.
Arévalo despertó enormes expectativas en una sociedad hastiada de la corrupción, azotada por la violencia de las pandillas y del narcotráfico, y donde seis de cada diez guatemaltecos viven en pobreza.
“Estamos a punto de empezar un nuevo capítulo en la historia de Guatemala”, dijo Arévalo en la red social X, antes Twitter, en la víspera de su investidura.
“Reconstruir la democracia”. Hijo del primer presidente democrático de Guatemala, Juan José Arévalo (1945-1951), gestor de reformas sociales, el futuro gobernante prometió cerrar el grifo de dinero público que ha enriquecido a las élites, mientras la población pasa penurias. Uno de cada dos niños menores de cinco años sufre desnutrición y el analfabetismo es del 18%. La mayor economía de Centroamérica expulsa cada año a decenas de miles en busca de trabajo en