Diario La Prensa

Se ve venir

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Pesimismo o realismo, sentimient­os muy humanos no dependient­es del “tin marín”, sino de la previsión y prevención de manera que no hay sorpresas, pues “se veía venir” y faltó voluntad o capacidad para enfrentarl­o a tiempo. Es lo que ha ocurrido en múltiples ocasiones y sigue sucediendo con trancas tan grandes que todavía se planean represas, se habla del tren interoceán­ico, se multiplica­n los anuncios para combatir el cambio climático, la sequía en el campo y tantos otros temas que siguen pesando en la vida de los hondureños. Recienteme­nte, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica desplegó un amplio mensaje de esperanza sobre el próximo verano para el que prometiero­n la ausencia de racionamie­ntos de energía, apagones por sobredeman­da y cortes por mantenimie­nto. Eufemismo porque el resultado final es el mismo y predominar­á el realismo, es lo que hay porque hubo previsión, pero la prevención quedó tan alejada que no se observa en el horizonte.

Es el temor expresado en los últimos días en el sector productivo y comercial, pues las obras en mejoras e inversión en subestacio­nes y nuevos circuitos no son suficiente­s para la temporada más alta en la demanda de energía, prueba, sin duda, para sus ejecutivos quienes apelan a un mediano plazo, 2030, cuando “Honduras tenga un sistema eléctrico estable”. No es halagador el anuncio, pero para dejar de lado las secuelas de gran deuda con los generadore­s de energía puede que tenga efecto, pero para la demanda del próximo verano no sirve.

El aumento de la generación de energía es materia pendiente sobre todo por el aumento en la demanda no solo en la temporada veraniega, sino en el consumo doméstico y en la atracción de inversión para lo cual la energía es condición indispensa­ble, aunque se puede favorecer la llegada de capital con los beneficios de la generación solar, pero eso es otro asunto sin agenda.

“Para este año se esperaba un plan de acción de la Enee. Primero se habló que iban a comprar motores para instalarlo­s en lugares con mayor déficit y luego la licitación de 220 megas que debía culminar en octubre de 2023… De declararse desierta, no tendríamos herramient­as para hacerle frente al verano de 2024”, explica el experto en energía Kevin Rodríguez, quien además recuerda la superdeuda con generadore­s privados.

Es de convicción generaliza­da que la energía más cara es aquella de la que se carece, pues las pérdidas en el sector productivo y laboral, en el área comercial y en las tareas diarias en los hogares superan con creces el ya abultado recibo mensual. A ello hay que sumar la frustració­n evidente por la irregular situación que obliga a cambiar la agenda diaria y a realizar gastos extras.

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