Depuración policial
El más reciente caso de corrupción al interior de la Policía Nacional ha ocurrido en San Pedro Sula, en donde siete agentes asignados a la Unidad de Delitos contra la Vida de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), incluyendo a dos oficiales, han sido acusados y capturados por la Fiscalía, tras allanar una vivienda en residencial Los Alpes sin portar orden judicial ni administrativa de ningún fiscal, apropiándose de más de L14 millones entre efectivo, tarjetas de debito y joyas.
Es notorio que el crimen organizado está cada vez más activo tanto en zonas urbanas como rurales, agravando los niveles de inseguridad y violencia, no solamente en regiones en donde la ausencia del Estado facilita su actuar, tal es el caso de Gracias a Dios, Olancho, occidente. Simultáneamente, han infiltrado la fuerza policial, con capacidad de desestabilización vía sobornos e intimidación.
La Unidad de Asuntos Internos debe ser reforzada con dotación de más recursos, presencia territorial, con políticas y procedimientos de acción definidos, con total apoyo por parte de las autoridades superiores para cumplir a cabalidad con sus funciones. De igual manera, se debe priorizar la investigación y prevención de delitos, con filtros adecuados y completos tanto en el reclutamiento como en la formación policial, en áreas tales como investigación, inteligencia, lucha contra el crimen organizado, consolidando la carrera policial vía profesionalización.
Se trata de vigilar a quien vigila, perfeccionando los sistemas de vigilancia y control, internos y externos, contando con un régimen disciplinario y efectivo, acompañado de planificación del trabajo y control de la discrecionalidad, sancionando y expulsando a quienes se compruebe han violado las normas existentes.
También es necesario crear un nivel estratégico de gestión policial especializada orientado al combate de la narcoactividad y del crimen organizado: unidades de reacción articuladas con las demás instancias policiales y judiciales, asegurando así que toda la institución policial cumpla con su función y misión. Para ello deben mantenerse canales de comunicación y reciprocidad con la policía de prevención, la de investigación criminal y con la inteligencia policial. La depuración del personal no debe ser ocasional, esporádica: por el contrario debe ser de carácter permanente.