¿En qué se usó el dinero? Arrancó la Liga Nacional
En 2022, la Condeporh recibió un presupuesto de 440 millones de lempiras, en 2023 un presupuesto de 410 millones de lempiras y para este año 2024 dispone de 1,045 millones de lempiras; o sea, un incremento de 155%. Nos alegra que el deporte tenga ahora mucho dinero, pero nos preocupa la rendición de cuentas sobre los 850 millones de lempiras que ya se gastaron.
En vista de que ese dinero le pertenece al pueblo hondureño y podría haberse destinado o destinarse a otros usos, es necesario un informe detallado de las obras que entiendo han realizado cambiando la grama del estadio Nacional de Tegucigalpa; la del Morazán, aún no terminada en San Pedro Sula, y algunas otras en diferentes lugares del país.
Si aparece en el informe un gasto muy alto en alquiler de maquinaria para instalar o costurar grama, cualquier profesional puede cuestionar por qué dicha maquinaria no ha sido comprada en vez de arrendada en vista de la gran cantidad que probablemente han instalado basados en el altísimo presupuesto antes mencionado. Sería triste darse cuenta de que el dinero ha sido malgastado en sueldos y salarios o en viajes y viáticos. Por eso antes de emitir un juicio definitivo, los amantes del deporte esperamos el informe. Con esos altísimos presupuestos se debería estar trabajando desde el año 2022 en escuelas deportivas en varias disciplinas en conjunción con las miles de escuelas y colegios públicos que existen en toda la geografía nacional. Adicionalmente deberían estar contratados profesores de educación física y deporte en los 18 departamentos del país. Hablo en términos muy generales, porque esto tiene una connotación didáctica que precisa la dirección de expertos en deportes, educación física y recreación.
Como el tema es muy denso aprovechemos para alabar el espíritu ofensivo de los 10 equipos de la Liga Nacional al arrancar el torneo Clausura. Los 20 goles anotados han batido el récord de cantidad de goles marcados en una sola jornada, promedio de 4 goles por partido, dos por club, son cifras halagadoras que presagian un torneo competitivo en el que los dos planteles más caros de Tegucigalpa tuvieron problemas frente a clubes con menos presupuesto y no pudieron ganar.