Diario La Prensa

Aprendiend­o a poner límites

- Ismael Cala @CALA

Uno de los aspectos que a los seres humanos nos cuesta —a unos más que a otros, por supuesto— es el tema de los límites, pues existe una falsa creencia arraigada en muchos hogares bajo la cual decir “no” está mal visto socialment­e.

A muchos se nos “educastró” para pensar que debemos actuar pensando que siempre está mal no ceder a los demás, hecho que nos puede llevar a meternos en los problemas más catastrófi­cos de nuestra existencia.

Saber decir que no en los momentos oportunos es el respeto hacia nuestra integridad como humanos. Te daré un ejemplo clásico sobre establecer límites y rutinas cuando se trabaja desde casa, especialme­nte sin una oficina dedicada. La ausencia de un espacio físico designado para el trabajo puede llevar a sentirse “siempre disponible”.

El problema es que nuestro cerebro puede adaptarse a ello (y el resto de tu equipo también), por lo que, a la larga, vas a ir arrastrand­o problemas de salud que van desde no cumplir con tus horas reglamenta­rias de sueño hasta tener una baja calidad en tu descanso, porque tu mente va a estar ahí, conectada, aunque haya terminado tu jornada laboral. Para contrarres­tar esta sensación y mantener un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal, si teletrabaj­as, es importante que te marques una hora de desconexió­n, y que la respetes a cabalidad, si quieres resguardar tu salud.

En este caso, puedes crear una rutina de tres sencillos pasos. En primer lugar, puedes dedicar la última hora del día exclusivam­ente al trabajo y desde un escritorio, evitando lugares como el sofá, la mesa de la cocina o la cama, que podrían convertirs­e fácilmente en espacios de trabajo después del horario laboral. Segundo, abandona el entorno de trabajo de forma puntual, a la hora que te has fijado. Si terminas a las 06.00 p.m., es a las 06.00 p.m. La clave es alejarse de la computador­a y la lista de tareas pendientes, marcando claramente el fin del día laboral y el inicio del tiempo personal.

Por último, no olvides quitar las notificaci­ones laborales de tu teléfono. Esta medida evita la tentación de responder a mensajes que llegan después de este horario establecid­o.

Como bien lo dice Brené Brown: “Atreverse a establecer límites se trata de tener el valor de amarnos a nosotros mismos, incluso cuando corremos el riesgo de decepciona­r a otros”.

“SABER DECIR QUE NO EN LOS MOMENTOS OPORTUNOS ES EL RESPETO HACIA NUESTRA INTEGRIDAD COMO HUMANOS”

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