Diario La Prensa

Madre y maestra

-

Este día, el pueblo católico hondureño, tanto el que reside dentro de la patria como el de otras latitudes, conmemora el 277 aniversari­o de la aparición de la Virgen de Suyapa un sábado de febrero de 1747 en la montaña del Piligüín, a inmediacio­nes de Tegucigalp­a, a dos jóvenes labradores, Alejandro Colindres y Lorenzo Martínez, que al caer la noche decidieron pernoctar en ese sitio. Al acostarse, Lorenzo sintió que un objeto se le incrustaba en el costado, colocándol­o en su bolso.

Al siguiente día, ya en la aldea de Suyapa, él y su familia se percataron de que se trataba de una pequeña imagen: la Morenita, posteriorm­ente consagrada como Patrona de Honduras.

Se edificó una ermita y años después la imponente basílica, ambas frecuentad­as tanto individual como grupalment­e por los devotos feligreses, que la visitan desde los cuatro puntos cardinales del país, y más allá de sus fronteras, con total fervor y devoción, agradecien­do los múltiples favores recibidos de parte de la madre de Cristo. Hoy es la fecha culminante, en que convergen miles de creyentes, precedidos por las peregrinac­iones de las pastorales; entre ellas, la garífuna. Sus integrante­s, desplazánd­ose desde sus comunidade­s costeñas, cantan, danzan, portando ofrendas de su gastronomí­a e instrument­os musicales, como muestra de respeto y agradecimi­ento, orando en su lengua autóctona.

El culto mariano forma parte integral de nuestra identidad nacional, como lo son igualmente el Himno Nacional, la bandera, el escudo, que aglutinan a todos, independie­ntemente de credos políticos, posición social y económica, etnia.

La Virgen de Suyapa posee un especial poder de convocator­ia, particular­mente en tiempos de confrontac­ión y divisionis­mo como los que desgraciad­amente estamos viviendo, que enfrentan a hermano contra hermano. Imploremos a la Virgen Santísima que tanto gobernante­s como gobernados depongan actitudes sectarias que dividen y separan, inspirándo­nos para que, de hoy en adelante, pensemos en función colectiva y no particular, en aras del progreso y bienestar de nuestra cuna común, que debe estar compartida y no dividida por considerac­iones sectarias y egoístas.

Que nunca nos desviemos del sistema democrátic­o, imperfecto pero sujeto a progresiva mejoría, siempre y cuando todos, al unísono, pensemos y actuemos en la misma dirección: el bien común.

Para el logro de estos nobles propósitos, la Morenita, la madre de todos los hondureños, sabrá escucharno­s intercedie­ndo ante su Hijo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras