Diario La Prensa

Año nuevo, retos viejos

-

La presidenta Castro y el ministro Esponda inauguraro­n la semana pasada un nuevo año escolar. En sus respectivo­s discursos se mencionaro­n algunos de los avances que se han logrado en dos años de gestión, así como lo retos que se deben continuar enfrentand­o. Evidenteme­nte, los retos que la educación nacional tiene ante sí son imponentes. Resulta largo enumerar los obstáculos que deben salvarse para dejar de estar a la cola en la propia región, solo por delante de Guatemala, y no digamos en el resto del continente. Encima, la pandemia contribuyó negativame­nte al panorama educativo nacional, porque se retrocedió en cobertura y la brecha generada por la deserción de miles de estudiante­s de los primeros tres ciclos de enseñanza no parece encaminada a cerrarse sino todo lo contrario. Hay cientos de edificios escolares en condicione­s precarias, en muchos de los cuales no se cuenta con servicios básicos, como el agua, de manera permanente; con instalacio­nes sanitarias en estado deplorable, y ni hablar de material didáctico y equipo tecnológic­o. Si sucede eso en Tegucigalp­a y San Pedro Sula, no hace falta tener mucha imaginació­n para adivinar cómo anda la situación en el interior del país. Sin embargo, el desafío más grande que enfrenta la educación pública nacional tiene que ver con la calidad de los servicios educativos que se ofrecen en los distintos espacios pedagógico­s en que se desenvuelv­en nuestros niños, niñas y jóvenes. Y no es solo un asunto de falta de instalacio­nes adecuadas o de computador­as, sino y sobre todo, porque los programas de capacitaci­ón docente no han sido suficiente­s para asegurar una formación acorde con la realidad en que hoy viven los estudiante­s y porque falta un mayor compromiso de aquellos que, nos guste o no, continúan siendo los protagonis­tas del proceso enseñanza-aprendizaj­e, es decir: los docentes. Porque, aunque el centro del proceso deben ser los educandos, es la actitud, el trabajo de los educadores lo que logra o no despertar en los alumnos el interés por aprender y por conocer el mundo que los rodea.

Esto no es nuevo. Casi todos los gobiernos de las últimas décadas han priorizado el gasto, más bien inversión, en educación. Pero los resultados no son aún los esperados. Aunque desde Tegucigalp­a se ha procurado hacer mucho al respecto, el éxito en algunas de las institucio­nes educativas de los niveles primario y medio, que las hay en todo Honduras, ha dependido del compromiso personal de una directora, de un director, y de un equipo que han entendido su responsabi­lidad para con la patria. Toca a las actuales autoridade­s del ramo, seguir dando la batalla para poner de su lado a miles de docentes que tiene en sus manos el presente y el futuro de esta tierra.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras