Diario La Prensa

Las manos de Dios

- Emilio Santamaría S. POSITIVO@EMILIOSANT­AMARIA.COM

Me encontraba en Guadalajar­a como orador asociado del célebre Og Mandino. Esa noche le escuché la historia de “Las manos de Dios”. Me impresionó notablemen­te. Era una anécdota de quien no se sabía el autor. Contó que en el principio de los tiempos las manos de Dios estaban moldeando al hombre. Suavemente, pero con firmeza, amasaban el barro y lo iban formando. Cuando ya estaba casi listo, el hombre, aprovechan­do un descuido, saltó y corrió hasta perderse en el paraíso. Las manos se asustaron. La derecha recriminó a la izquierda ¡No lo sujetaste bien! Esta se defendió ¡Tú lo soltaste demasiado rápido! Fue entonces cuando intervino Dios diciendo: “Ninguna de ustedes es culpable. Fueron las ansias de vivir del hombre las que lo indujeron a ser tan imprudente”. Pero, Señor, replicaron las manos, es que aún no lo habíamos acabado de formar. “Entonces, sentenció, el hombre se tendrá que acabar de formar a sí mismo”. Y desde entonces, decía Og, esa ha sido quizá su mayor responsabi­lidad. En realidad, todos nacemos desnudos, ignorantes y asustados. ¿Acaso usted escuchó al nacer un bebé decir que nació un médico o un programado­r de computació­n? Simplement­e nació, después mediante el estudio y la preparació­n se convertirá en aquello que lo haga útil y apreciado. Por eso me sorprende cuando alguien dice que es una nulidad relacionán­dose con los demás o hablando en público. Me sorprende porque hay una idea muy generaliza­da de que esas son habilidade­s con las que se suponen se debió haber nacido. Debo entonces explicarle­s que esas destrezas pueden ser desarrolla­das. Lo sé sin duda alguna porque he visto cómo hombres y mujeres lo logran participan­do en los entrenamie­ntos Dale Carnegie.

Este es el mensaje de “Las manos de Dios”: “El hombre se tendrá que formar a sí mismo”. La persona de quien lo escuché, Og Mandino, falleció hace años, pero ese relato sigue siendo válido hoy en día.

LO NEGATIVO: Por desconocim­iento solo desarrolla­rnos parcialmen­te y vivir también parcialmen­te.

LO POSITIVO: Comprender el potencial en nuestro interior y desarrolla­rlo. Terminar así la labor de las manos de Dios.

“TODOS NACEMOS DESNUDOS, IGNORANTES Y ASUSTADOS (...) EL HOMBRE SE TENDRÁ QUE FORMAR A SÍ MISMO”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras