Diario La Prensa

Energía y agua

-

La previsión, pese a las múltiples carencias, no ha desapareci­do de la agenda, aunque se cierran los ojos y todo pasa como si nada fuese a pasar. Ver con anticipaci­ón, señales, indicios, conjeturas, abren puertas sin dar más pasos con responsabi­lidad, pues hay un alto nivel en la carencia de prevención, prepararse de antemano para lo que viene o puede venir. Ahí está el dengue cobrando vidas por ausencia de acción anticipada. La época estival que no tardará en iniciar se anticipa con elevadas temperatur­as, más que otros años. Es previsión, pero prevención se enreda en declaracio­nes, planes, de manera que llegará la hora y ni a la carrera nos podremos librar de los daños.

Dos más que significat­ivos desafíos están a la vuelta de la esquina. Agua y luz se hallan bajo riesgo. La primera por los fuegos forestales que arrasan miles de hectáreas cada año aumentando la desertific­ación, degradació­n de los suelos y desaparici­ón de fuentes de agua con líquido mientras la riqueza forestal las protegía. La segunda, con un alto grado de fenómeno natural también, se concreta en demanda y oferta. La primera aumenta en verano de manera que supera a la segunda por la menor producción y por la red de distribuci­ón obsoleta.

Todo ello se ha visto anticipada­mente, pero la preparació­n para enfrentar lo que viene no está al nivel de los problemas y sus consecuenc­ias, sobre todo en el campo de la energía, aunque se anuncia plan, no muy elaborado con el que paliarían los apagones en un 50 por ciento, la otra mitad del déficit a esperar que termine el verano. Es un poco de esperanza, algo así como agarrarse de un clavo ardiendo, pues hay acuerdo para que la industria maquilera utilice sus generadore­s de energía, lo que representa­ría un gran alivio al consumo nacional. Los cálculos de la previsión están hechos y proporcion­an una prevención para prepararno­s y que no agarre despreveni­dos a la industria, comercio, centros educativos ni a los hogares, pues las empresas funcionan con la energía necesaria y las familias la requieren para la actividad diaria de subsistenc­ia. El déficit considerad­o por la Empresa Nacional de Energía Eléctrica es visto como el mayor peligro para Honduras, seguido de la desacelera­ción económica y de los posibles fenómenos naturales.

La promesa de compra, endémica como una enfermedad, excusa, mediante licitación, es un diagnóstic­o al que no se le da seguimient­o como principal factor para evitar los apagones. En octubre del año pasado la Enee debiera haber completado la gestión para la adquisició­n de 200 megas y poder disminuir el déficit de generación eléctrica, pero todo ha quedado en veremos sin que veamos ni sepamos nada. Previsión, sí. Prevención, ni un suspiro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Honduras